Classificação do local: 4 Mairena del Aljarafe, Sevilla
La comida muy buena buen entorno y buen olor a azahar. Muy recomendable para que los niños estén entretenidos mientras que comen los papis.
Cristina A.
Classificação do local: 2 Sevilla
A simple vista puede parecer que dos estrellas es ser demasiado exigente pero la verdad es que no creo que se merezca más. Mi primera experiencia en este bar no fue mala, digamos que normal pero la verdad es que la última ha sido la definitiva para decir nunca mais. No es que sea excesivamente caro o que sus camareros sean antipáticos, aunque tampoco es que vayan derrochando simpatía, es que su cocina no merece la pena. En esta última ocasión probé la ensaladilla de gambas, una plasta de patatas, mayonesa y minúsculas gambas sin ningún sabor, para olvidar, y ya sabéis lo que me gusta la ensaladilla. También probé los chipirones a la plancha y estaban duros y con una salsa que no le pegaba nada. Una cena totalmente olvidable. Como habréis comprobado no recomiendo acudir aquí, no sé si han cambiado de cocinero o qué ha pasado pero sin duda no volveré.
Pablo G.
Classificação do local: 4 Sevilla
Otro bar mágico para los que tienen niños. ¡Tiene parque de juegos! Un solo tobogán, sí, pero ¡qué tobogán! Este tobogán gigante en forma de caracol multidisciplinar hace que no haya niños alrededor de los padres tirándoles la cerveza en todo lo alto, cosa harto típica. Los padres, se sientan en la terraza, relajadamente, a ver como juegan sus hijos. Y, tobogán sube, tobogán baja, ya que están allí -¡mira papá como me tiro!-, mientras tanto, decía, papá y mamá se endiñan unos aperitivitos y unas cervecitas para pasar también el rato. Pero el tobogán no es la atracción de este bar. La atracción del bar es otra. Y en estos lares, por lo que se ve, todo es a lo grande. Tobogán grande, montaíto grande…, montaíto, por llamarle de alguna manera. No es un montaíto al uso, es un gran montaíto con curvas, como el tobogán. Es un roscón, o una rosca, por aquello del lenguaje sexista. Estos roscones –rellenos de filetitos, o de otras viandas, que te chupas los dedos-, vienen además fenomenal para estas reuniones con niños de las que estamos hablando, porque así, no nos quedamos cortos a la hora de hartar a comer ni a los niños ni a los padres. Tiene además un amplio abanico de ricas frituras de pescaíto, revueltos, chacinas, y carnes todas muy recomendables. ¿De precios? Familiares, muy familiares, a más no poder.
Miguel Ángel D.
Classificação do local: 3 Sevilla
Por increíble que parezca me enteré de que este bar se llamaba«Bodega La pitarra» años después de estar yendo. Y es que para mí siempre ha sido el bar del tobogán naranja. Empezaron, hace ya un montón de años, en un pequeño local de esquina, muy modestito. La semana pasada, cuando fui, me quedé alucinado. Han ido pillando los locales colindantes hasta terminar quedándose con todo el lateral de la plaza. Lo mejor de este sitio y lo que lo hace más peculiar, es su pedazo de terraza, muy acogedora y agradable, rodeada de verde y con un tobogán naranja inmenso donde los niños más pequeños juegan sin parar bajo la atenta mirada de sus papás. También su comida, muy típica, pero muy rica. La crítica(siempre con ánimo de crítica constructiva) es que alguna vez la comida ha tardado mucho o muchísimo y la verdad es que es una pena que por detalles de este tipo se empañen los buenos ratos que hemos pasado allí, y que seguro seguiremos pasando, a pesar de los pesares.