Jijona

Cuando hace poco salió el top 3 de los mejores helados de Sevilla, recordé levemente la existencia de la Jijona. Es cierto que tenía buenos recuerdos de este sitio, pero creo que más por el nombre en sí que tiene el local.
Anoche tuve la oportunidad de repetir y mis amigos y yo llegamos a la conclusión de que se trata de la mejor heladería del barrio, pero no se acerca ni al top 5 de toda la ciudad. Los helados no saben a artesanos. Aunque el helado de turrón esté rico, no es espectacular.
La verdad es que había depositado todas mis esperanzas en el helado de turrón de este sitio y me decepcionó, aunque no estaba mal. Quiza tenía recuerdos de una heladería de Algeciras a la que siempre iba de pequeña, con un helado de turrón increible y me esperaba lo mismo por el simple hecho de tener el mismo nombre… Pero han pasado los años y la ciudad no es la misma.
Según me comentaron aquí es estrella la leche merengada y hay mucha gente que se la lleva para casa en grandes cantidades. Desafortunadamente, a mí no me gusta nada la leche merengada y no podré probar esta supuesta delicia de la heladería Jijona.
El local, por otra parte, es pequeño pero fresquito (anoche sufríamos una ola de calor insoportable) y estaba lleno de gente del barrio (eso en Los Remedios se nota) haciendo cola por su helado. Lo dicho, será de las mejores heladerías que haya en el barrio.
¡Hasta la próxima, Jijona!

Empieza el verano y nada como un cucurucho de helado de yoghurt fresquito en un barquillo de chocolate. Un deleite para los sentidos

Best lemon «granizada» ever. My husband is addicted to it. Ice cream is amazing as well.

Conozco esta heladería desde hace años, ya que antes vivía en los Remedios y cada vez que paso por aquí paro a comprarme un helado (y eso que no soy yo mucho de helados).
Originariamente sólo vendían helados pero poco a poco han ido ampliando su negocio y ya tienen más variedad de producto: granizadas, horchatas, batidos, helados de polo… y para el invierno también venden turrones, y bastante buenos.
Es normal verla llena justo después de comer pero la verdad es que atienden bastante rápido. De precio no está nada mal y variedad de sabor es muy amplia. Personalmente me encanta el de dulce de leche!

Jijona es la heladería de mi infancia, el sabor del helado de limón en la terraza de mi abuela una noche de verano.
Jijona basa su éxito en unos helados artesanos muy buenos, con sabores de toda la vida, esos que, sin mucha innovación, no defraudan nunca, como chocolate, fresa, limón, caramelo, turrón… O los antiguos modernos: menta con chocolate, stracciatella…
Aunque las heladerías que han aparecido últimamente tienen una oferta mucho más llamativa en un primer momento por la variedad de sabores, a veces apetece volver a lo de siempre, y Jijona siempre será un acierto. En Invierno cambian los helados por turrones.

Aunque seguimos volviendo, y muy a menudo, cómo echo de menos recoger a mi hijo en la guarde y llevarlo a comprarle un «cuchurucho de cocholate» (Momentos de valor incalculable)
Hace unos añillos (muy pocos) era costumbre casi diaria, la paradita en Jijona camino de casa, de vuelta de la guarde. Entrábamos y Pablo se quedaba «parao» un rato delante del mostrador, mirando todos los sabores, para terminar pidiendo siempre lo mismo.
Personalmente echo de menos el antiguo local. Aunque ahora han «ganado» mucho en diseño, creo que han perdido algo más importante, han perdido personalidad. Menos mal que no se les ha ocurrido experimentar con los helados, que siguen estando igual de buenos.
Mañana mismo por la tarde me paso con mi hijo a comprar un par de «cuchuruchos». ¡Qué ricos que están!

Jijona es la heladería de helados artesanos por excelencia en esta ciudad.
Creo que es la más antigua de Sevilla, la primera en fabricar sus propios helados y en su tiempo era famosa por su helado de turrón. Pero claro, ha llovido mucho desde entonces y hoy día Jijona se ha quedado «desfasada» ante la apertura de otras heladerías artesanas, mucho más imaginativas y con mayor variedad de sabores.
Supongo que por este hecho hace unos años (creo que el 2007) la reformaron y le dieron un «lavaíto de cara» para que tuviera un aspecto más fresco y moderno; pero los helados siguen siendo los de siempre, sabores muy tradicionales.
Yo voy desde que era niña y creo que sigo yendo por la nostalgia de ser uno de esos establecimientos a los que conoces desde siempre y que desde que entras por la puerta tienes la sensación de encontrarte en un lugar familiar.
Hay granizados de limón muy buenos y horchata muy rica y en Navidades fabrican turrones.
Pero sí que hay una cosa por la que recomiendo ir a Jijona: la leche merengada.
Si te gusta no te la pierdas aquí, te puedo asegurar que es la mejor que he probado en mi vida.

¿Que no te has comido nunca un helado en Jijona? No me lo puedo creer. Pero si esta heladería está ahí antes de que pusieran la calle. Al principio era mucho más pequeña que ahora. Recuerdo cuando mis padres nos llevaban a los siete hermanos que somos a tomar un helado. Sí has leído bien, siete hermanos, algo tan típico antes, y ahora, rara avis. Son las cosas.
Tenías que vernos. Cada cual pensando cual pedir y cada cual sin decidirse, y la dependienta nerviosa porque la cola llegaba hasta la puerta –es un decir, ya que la cola no existía antes, eso nació con la Expo; entonces era simplemente una pacífica bulla sevillana, tan nuestra-​. Cuando por fin empezábamos a pedir era otra odisea, porque siempre se le caía el helado a uno, y la dependienta, más por quitarnos de su vista que por halagarnos, creo yo, nos daba otro y ¡el siguiente, por favor!
Yo me solía pedir de los raros, el de tutti fruti, el de stracciatella, todos los que sonaran a raro. Mi padre, no. Mi padre era incondicional del de turrón que, por cierto, tengo que reconocerlo, está exquisito.
Aquella heladería de mi niñez, creció y se modernizó, y ganó no sólo en espacio para atender a los clientes de familias numerosas, sino en variedad de productos y en actualizar la oferta. Cómo me alegro de que algunos negocios de antaño no hayan caído ante el corta y pega de las franquicias y multinacionales.

Heladería en verano y tienda de turrones cuando se acerca la Navidad. Yo sólo he probado los helados. La verdad es que no recuerdo que fuesen nada fuera de lo normal (que es lo que piensas cuando entras en Rayas o en La Fiorentina) y sin embargo, eran bastante caros para no ser especiales. Vale que son artesanales y que esté en los Remedios pero aún así…