Jamón Donal’s

En un rincón de Viapol, junto a multitud de bares dirigido a empresarios y a universitarios, se encuentra Jamón Donal s, la mezcla perfecta entre un bar a buen precio, para los jóvenes de la zona, pero con una carta variada y suculenta para los paladares más hambrientos y exigentes.
Panes de la casa, montaditos, carnes, patatas y nachos… No falta nada para este lugar, aunque es especialmente recomendable probar el pollo a la plancha en salsa agridulce, tapa que no encontrarás en cualquier sitio. Para abrir boca, nunca está de más una cesta de patatas cubiertas con queso y acompañadas de bacon o chorizo, ¿quién puede resistirse? Tampoco hay que despreciar los panes de Jamón Donal s.
Para colmo, la cerveza estará de oferta siempre, probablemente para competir con otros bares de la zona, como los Montaditos o el Coffee Corner.
Y si lo que buscas es una ruta de tapeo, qué mejor que esta zona y este bar para empezar el camino, con un curioso espacio formado por barriles y taburetes. ¡Qué aproveche!

Bar de tapas al «estilo americano» pero de bajo presupuesto. Sus platos son los que podemos encontrar en la mayoría de bares de la zona, pero con un toque especial. Siempre está repleto de gente, pues está en una zona muy universitaria y de oficinal, lo que unido a sus precios asequibles lo convierten en uno de los puntos de encuentro básicos de Viapol. Imprescindibles la patatas con bacon y queso y los montaditos, de cualquier tipo. Es un local ruidoso, tardan en atender y las mesas son incómodas y mal ubicadas, pero es un precio que muchos están dispuestos a pagar por tener una carta atractiva y sabrosa que no es cara.

La zona de Viapol está llena de bares baratos o al menos de precio no muy excesivo, casi todos pensados para estudiantes. Se podría decir que este es uno de ellos. Como un servidor no tiene una economía generosa es por lo que siempre busco cosas baratas como este sitio.
El bar no es de esos que suela visitar mucho, aunque antes sí que lo hacía. La cerveza a un euro, de tamaño generoso, acompañado de una pantalla de televisión para el fútbol era un poderoso aliciente entre los amigos (esa era una de las razones por las que lo visitábamos este local pero ante tanta oferta de la zona hemos cambiado).
Los precios de las tapas no so especialmente baratos aunque siempre que voy pido una de bravas, bastante generosa en cantidad y muy buena en sabor. No es un sitio para tirar cohetes pero se adaprta a la perfección a una zona que cada vez más está pensada para estudiantes que se toman una cerveza tras la facultad.

Te sientas alrededor de bidones, te tomas un rioja y eliges entre sus más de cincuenta montaditos. Eso sí, la especialidad de la casa es el jamón ibérico, así que pidas lo que pidas, que no falte este suculento manjar de dioses en tu plato.
Este bar se encuentra en pleno Viapol, rodeado de otros cientos de locales con la misma pretensión. Si tu idea es tomarte una caña entre amigos, puede ser el lugar ideal teniendo en cuenta que te saldrá bastante económico el almuerzo o la cena. No hay una variedad de productos excesiva, ya que todos sus platos se hacen a base de carne y embutidos. Sin embargo, no te puedes perder el sabor de las patatas y los nachos gratinados. En cuanto a los montaditos destacaría el de gambas con alioli, el de jamón con salmorejo o el de pringá. Además no te tendrás que desplazar más tarde a ningún punto estratégico de la ciudad para tomarte las copas de después. Estás en el sitio oportuno y a la hora oportuna.
En la puerta tienen una mini-​terracita para apreciar la combinación jamón-​vino a esas horas en las que el sol se deja caer en el horizonte regalándonos rayitos de bienestar, osea almediodía. ¿Qué mente prodigiosa inventaría esto del tapeo? Sea quién sea, desde aquí yo y todos estos bares, le damos nuestra más sincera enhorabuena.

Un bar que pasa sin pena ni gloria y que además tiende a confundirse con su compañero de calle, «Los Cien Montaditos», sin embargo, merece la distinción por su especialidad en jamón ibérico y lomo de cerdo de bellotas.
El local es pequeño, con capacidad para unas cincuenta personas, pero decorado con gracia, con unos barriles grandes de madera que sirven de mesas y las paredes del mismo material, que le dan un aspecto de taberna rústica interesante.
Los montaditos, los embutidos, los serranitos y los San Jacobo, son de las mejores tapas de este bar, recomendable principalmente, para tomar unas cuantas cañas y picar antes de salir de marcha por la zona de Nervión o Viapol. Seguro que todo un gusto también para los aficionados al buen jamón.

Buen sitio para tapear antes de salir de marcha por la zona de Viapol. Buenas carnes y buenos montadotos, y la cerveza fria, como debe estar. No está mal de precio para la calidad que ofrece, aunque suele haber mucha gente en hora punta.