Hermanos Gómez

Los Hermanos Gómez son esos bares en los que te paras a tomar algo porque pasas por la puerta, porque estás esperando a alguien o te apetece salir un rato sin gastarte mucho dinero.
Su comida es la tapa tradicional sevillana sin florituras.

No esperes gloria en ningún Hermanos Gómez. Serranitos apañaos, churrascos grandes y medias raciones serias. Si lo tuyo es irte de un bar con la sensación de que te has jinchao, pues si pasas por la Ronda este es tu sitio.
Si lo que realmente quieres es ‘delicatessen del Mar Muerto’ pues pasa de largo y sigue buscando. Eso si, son un clásico de la ciudad.

Lo mejor que tiene este bar es la ubicación. Es casi imposible si pasas por la zona que nunca se te haya terciado tomarte algo allí. Que si no es por la mañana antes de hacer una gestión en alguna institución cercana es a media tarde cuando vuelves de estudiar o trabajar. O cuando no porque quedas para tomarte algo con unos amigos y no encuentras ningún sitio abierto que os guste. Bueno, pues todas esas cosas me han pasado a mi con este Hermanos Gómez.
Comer, lo que se dice comer de dos tenedores, he comido allí poco. Pero si he tapeado y no estaba muy mal la cosa. Este bar ha superado con éxito mi particular test de la ensaladilla y eso ya es mucho en los tiempos que corren de ensaladillas congeladas. Eso si, es el típico sitio que combina la clientela circunstancial con los clientes habituales «de barra fija» que se suele decir. Por lo tanto, según a qué hora del día este tipo de clientela puede echarte un poco para atrás. Pero si no, es un sitio agradable con buenas vistas para tomarte un refresco ocasional con una tapita. Y además a muy buen precio.

Bueno, por mucho que existan varios Hermanos Gómez por la ciudad y por muchas mesas que siempre tengan llenas, los Hermanos Gómez es un bar que sólo vale para pegarte buenos desayunos (3 € la entera con jamón serrano, café y zumo de naranja natural).
No para mucho más. Hombre viene muy bien si quieres llevarte comida, pues la preparan para llevar, pero si no eres muy escrupuloso, porque el bar no es que sea muy higiénico del todo.
Suelen atender camareros muy llanos y sin ni idea de ningún idioma que no sea el español, cosa que no entiendo, porque con la cantidad de extranjeros que suele haber alguno al menos podría saber decir «may I help you?»
Las tapas más tipicas son el solomillo al whisky, el salmorejo, la ensaldilla, los garbanzos con espinacas… y de manera incrieblemente extraña, lo caracoles. Aún cuando no es temporada.
Conozco a mucha gente que va bastante a los Hermanos Gómez, Supongo que su éxito viene dado de la misma manera que en La Cigala de Oro: por poco dinero te pones hasta las trancas. Pero hay veces que una prefiere irse a casa y todo…

Pues estaba con mi amigo Ángel ayer por la mañana por Muñoz León dando una vuelta buscando un sitio donde desayunar bien, en plan zumito de naranja y todo. Nos paramos en frente de Hermanos Gómez y comenzamos a hablar, este sitio es tela de guarro, sólo hay viejos, pero mira que grande es, tiene escaparate por la otra calle, etc.
De repente sale del bar un chico joven, y nos dice, vosotros que hacéis. Nos quedamos con cara de tontos, y decimos buscar un sitio para desayunar.
El tío con un tufo a copas que echaba para atrás nos dice, yo trabajo en la noche y os he visto que estáis venga a mirar a esos coches. Y yo conozco bien a la gente.
Viendo como estaba el percal, el tío pasado de vueltas y por los ojos finos. Le dije, no hombre si lo que habíamos visto es que tenían la pegatina de que cogían cheques de empresa y por eso, no sabíamos si los cogían en fin de semana. Total que el chico (tendría no más de 30 años) nos dice, yo conozco al dueño porque es familia mía de toda la vida y le vamos a preguntar, pero venga que invito yo al café y desayuno. No tío, no jodas, tu tienes que descansar que llevas toda la noche currando…
Nos plantamos dentro, con ganas de salir. El bar con poquita gente (todos abuelos). La barra lateral llena de platos sucios, vasos de café, copas usadas, cubiertos, tomate derramado, etc., un puto cuadro de barra. Llama al que era encargado, el encargado nos saca por una puerta lateral y le dice … que quieres… más tenso que una mojama. Estos que son amigos míos que te van a preguntar una cosa, el tío se queda blanco y yo para que le volviera a circular la sangre por la cara le digo, es por los cheques de empresa, … el tío vuelve en sí. Contestación, con los cheques como si nos compras un jamón, vamos para adentro.
«Illo» que les quiero invitar a desayunar que son colegas. Le digo al encargado, si vamos a desayunar pero me cobras el desayuno. Café, media de jamón y zumo de naranja natural. Nos ponemos a tomarlo y el chico a darnos un poco la chapa en la oreja. Ya viene el encargado a la barra y cuando me da las vueltas (el desayuno costó tres) me dice es buen chico pero tiene un problema.
Ya cuando estábamos para irnos, nos vuelve a venir con unos papeles, y nos dice. Mira que no os he engañado, yo aquí tengo una orden de alejamiento, a este bar no puedo entrar, lo dice un juez… Perdona? Si mira leelo que estos son los papeles… (hasta aquí puedo contar).
Me pareció una situación tan surrealista, me dejó tan impactado. En fin, volviendo al bar, un sitio discretito para desayunar no muy higiénico.