Filomena

La comida está genial. Un poco violento que él jefe esté leyendo la cartilla a los trabajadores con los clientes delante y enterándonos de todo.

Resulta difícil saber si eres un amante del chocolate si no has probado la tarta que se sirve en Filomena llamada «Muerte por chocolate». El nombre ya os puede sugerir muchas sensaciones, pero la verdad es que cuando la pruebas, notas como se deshace el dulce sabor del chocolate en tu boca. Es una satisfacción para el paladar.
Por supuesto no hay que dejar atrás sus excelentes platos como son los tagliatele o ñoquis que animo a que lo probéis.
Además de estos platos también podéis degustar una amplia gama de fritos, sandwiches, montaditos, panes y ensaladas gigantescas entre otras delicatessen actas hasta para el paladar mas selecto.
También puedes disfrutar de todo esto sin salir de tu casa. Con solo una llamada de teléfono estarás inmersa en su cocina y disfrutando de su sabor .
Lo reconozco… soy fan

He estado varias veces en Filomena y la verdad es que a mí tampoco es que me chifle, pero a mi hijo de 6 años le mola un montón.
En verano hay que reconocer que el que el sitio es muy agradable. Pablo siempre pide pizza o hamburguesa simple y a mí me cuesta decidirme un poco más, porque variedad sí que tienen.
Hay una camarera brasileña muy buena gente y cantidad de cariñosa con los niños, algo que es muy de agradecer. Normalmente nos atienden muy rápido y bien, pero el otro día nos tocó un camarero, que aunque creo que no es mala gente, es de la legión del mínimo esfuerzo. Las hamburguesas no venían, nos trajeron un sándwich equivocado, no daba una con las bebidas. Un desastre total.
Pero bueno, la verdad es que no es la tónica habitual. Por lo general no está mal, y aunque como he dicho no es mi restaurante favorito, a mi hijo le chifla. Así que seguramente no me quede más remedio que, como dice aquella canción, volveeeer y volveeeer.

En mi caso, Filomena es ese «restaurante-​desavío» que tienes al lado y que te viene muy bien para esos días en que no te apetece hacer de comer. Lo cierto es que tanto la oferta de comida en este sentido (es decir, cualquiera que sirva para llevar: sándwiches, alitas de pollo, ensaladas.) como los precios son bastante aceptables. No tengo quejas del servicio de comida a domicilio, ni del tiempo de preparación cuando la he encargado para ir a buscarla.
Sin embargo, la cosa cambia si comes en el propio restaurante. Con una tapa no hay problema, pero cuando pides un menú es como si giraras la Ruleta de la Fortuna. ¿Cuánto tardará? ¿Comeré antes de media hora? Ah, chi lo sá…
En alguna que otra ocasión me han atendido con una cara más agria de lo deseable, acompañada de una respuesta cortante. Sin embargo, nada tan terrible que me haya hecho abandonar del todo el local. No es una mala opción, económica sin duda, aunque todavía le falta ese algo de «chispa» o de carisma para convertirse en un referente de la zona.

Si escribo sobre este local es porque me apasiona desayunar en él.
No es especialmente bonito.
No es peculiar.
Su ambientación podría resultar incluso chocante ya que tiene esa pretendida decoración de lo mal entendido por diseño, que convive con una gran pantalla de televisor de plasma en medio de la pared central en la que casi siempre tienen puesto fútbol o deportes.
Es por eso que en contadas ocasiones me siento dentro, además ahora el dueño ha tenido la feliz idea de colocar estufas en la terraza, con lo que hasta en invierno puedo disfrutar de uno de mis pequeños placeres: cigarrito matutino con los últimos sorbitos del café.
Vuelvo al tema del desayuno. En la Algaba, un pueblo cercano a Sevilla se hace el pan más delicioso que he probado jamás: pan prieto. Es un pan que como su nombre indica tiene una miga «apretada» y consistente y su textura es estupenda.
Cual sería mi sorpresa cuando la primera vez que por casualidad desayuné en «la Filomena» descubrí que mi media tostada era una pequeña pieza de pan prieto. Si a esto le sumamos un jamón exquisito y un aceite excelente… emperezamos la mañana de muy buen humor.
Puedes elegir más cosas para las tostadas, hay un amplio surtido.
La media tostada con jamón y aceite y el café me cuesta 2.50 euros.
Si la pides entera te ponen dos pequeñas piezas de pan.
Siempre hay prensa variada para leer.
Gastronómicamente no tiene casi ninguna oferta interesante: es el típico lugar donde comer pizza, pasta, hamburguesas, ensaladas, nachos… a casi cualquier hora del día. Tipo Vip’s, vamos; pero con mejor relación calidad/​precio. También preparan la comida para llevar a casa.

Restaurante situado en Sevilla.
Su comida es italiana y está buenísima, hay mucha variedad: pizzas, pasta, lasañas…
El servicio es bueno, atentos y muy amables.
El precio es bastante asequible, por un buen precio comes de categoría.
Lugar ideal para ir con tu pareja, amigos o familia y cambiar de sabores.

Restaurante italiano en la zona de los Bermejales, tienen buen servicio y la relación calidad/​precio es muy buena.
Si te gusta la comida italiana y sobre todo las pizzas, este es un lugar ideal, tiene zona de fumadores y no fumadores.