Un lugar estupendo para quedar con colegas en una noche de estas que vienen en verano, y en las que buscas refrescarte un poco después de un día de calor. Sé que tiene interior, pero desde luego la gozada es quedarse fuera. Alrededor de unos jardines, el cerramiento de estos tiene como remate un poyete a media altura que hace las veces de barra y un microclima(que si bien a algunos no les gusta porque estropea según qué peinados) es una gozada colocarse debajo. Todo ello acompañado de taburetes altos. La pega: es autoservicio, y hay que acercarse a la barra para pedir y para recoger, aunque eso a la gente no parece importarle demasiado. En lo culinario, la carta es bastante extensa en montaditos, todos rondando los 2.20−2.50 euros, que vienen calientes y mezclando ingredientes de toda la vida. Muy buenos. Además tienen cazuelas y patatas fritas. La cerveza, cruzcampo, bien fría, como no podía ser de otra manera.
Desiree R.
Classificação do local: 4 Sevilla
Conocí está bar(que además fue el primero que abrieron hace muchos años) porque una de mis mejores amigas vivía justo al lado, y se convirtió pronto en nuestro punto de encuentro. Lo que nos conquisto es que está situado justo enfrente de unos jardines, los cuales han aclimatado para que sean pequeñas barras donde sentarte con los taburetes y apoyar las cervezas o los platos, donde se está de lujo. Otro punto a su favor eran los riquísimos montaditos(de los mejores que he probado), y las cazuelas que están indescriptibles de buenas. Verás que las tapas tienen nombres de realeza: Froilan, Urdangarín, Infanta Elena… y las cazuelas más de lo mismo. También es muy original(que hoy en día se han copiado pero entonces no lo hacía nadie), es que vas das tu nombre y pides por esa boquita, te vas y cuando estas tus tapas te llaman por un altavoz. Cuando acabas das tu nombre, pagas y listo. Ambiente ameno y muy bueno. También tienen pantallas en las que creo que ponen algunos partidos.