Este bar apenas se ve, porque está a la salida de uno de los pequeños túneles que conecta el «tardón profundo» como yo lo llamo, con el mundo exterior. Queda al final de Juan Díaz de Solís y por eso a las personas que ves siempre ahí sentadas, son las del barrio y pocas más. Es muy pequeñito, tanto el bar como la terraza, así que luce siempre medio lleno. Lo que siempre me ha llamado la atención es lo bonito que es. No tiene nada de especial, pero está decorado con mucho cariño. Me gusta que hayan colocado plantas, detalles en madera y todo parece estar limpito. Luego tampoco son especialistas en simpatía, pero los precios son normales y si no tienes muchas ganas de moverte y te pilla cerca, es un buen sitio para una cerveza, un cafelito o unas tapas.
Clara Victoria G.
Classificação do local: 3 Sevilla
Chuf, chuf… pasajeros a beber! Para desayunar algún sábado que otro, un cafelito por la tarde y copas con los amiguetes, siempre es una opción, ya que es un local que se encuentra un poco alejado de lo que es Triana centro. Si lo que buscas es tranquilidad, no suele estar a tope. Es un bar muy pequeñito, varias mesas altas dentro y tres o cuatro mesitas fuera, con su sombrillas si pega el Lorenzo. Es coqueto, me gusta como lo han decorado, tienen unas fotos colgadas en la pared de de Sevilla chulisimas. A veces la camarera no es de lo mejor, un pequeño cursillo de cómo servir no estaría mal. Y por favor una sonrisa que es «de gratis»!.