Situado en lo que antes era un local de comida«americana», El Pilar es una especie de sucursal del bar original que hay en la Puerta Osario. Con el cambio de estilo, de decoración y de carta ha ganado en presencia de parroquianos del barrio, familias que pasan a tomar café en la terraza, estudiantes que optan por algo más de calidad en lugar de los manidos Montaditos que hay cerca, gente del Hospital Macarena que busca despejarse un rato y vecinos varios. Todavía no he podido probar las tapas ni los desayunos, pero tienen una oferta por check-in interesante y un repertorio en la carta que suena bien. Mi experiencia se limita a venir a tomar café por las tardes y ver cómo, además, la gente se toma un chocolate con churros, pues los sirven mañana y tarde.