El Kiki II

Bar sevillano de los de toda la vida, un ‘básico’, que se podría decir: Cruzcampo fría, encurtidos, chicharrones, selección de montaditos y algo de marisco.

Bromas aparte de típico «¿Te apetece un kiki?» que no tan claramente significa que si te apetece caracoles y montaitos.
En este #LunesDeReseña quiero comentar uno de los kiki que hay en Sevilla.
Este bar se encuentra en la calle Esperanza Trinidad, enfrente del lateral del gym Sato opuesto a la estación de trenes de Santa Justa.
Es un bar que en su interior es más cómo para estar de pie en sus mesas altas, puesto que mesas normales hay pocas, o bien en sus mesas de la terraza, las cuales en las noches veraniegas son más que cotizadas (más de una vez hubiera incluso pagado por tener una).
El servicio de camarero es muy rápido en cuanto a servir como en cocina, aunque no todas las veces hay personal entre mesas para anotar comanda, y cuando hay otras veces es mejor (más rápido) levantarte y pedir por ti mismo, pero… ¿y eso que más da cuando hablamos del kiki?
Hemos venido a lo que hemos venido: un buen surtido de montaitos, todos muy buenos, con un pan pasado por la sandwichera (o como se diga), dejando el pan caliente y crujiente, y a su plato fuerte, los caracoles… ¡Madre del amor hermoso, que caracoles!
Están en mi top 5 de los mejores caracoles, sin poder definir el orden exacto en esa lista. Muy bien condimentados y limpios. Y ya, si pides un vasito de caldo, eso es ¡GLORIA BENDITA SEÑORES!
Sirven para llevar, la tarrina pequeña a 4’5 € (que se me quedan cortos en cantidad) y la grande a 8’5 €. Si vas, y está todo full, lo mejor es (si vives cerca o si vives en la otra punta, don’t worry porque le pegas un calentón y para dentro) es que te pidas para llevar y a disfrutar señores.
También ponen para llevar los montaitos, y supongo que cualquier plato de la carta, porque he visto envases de plástico para comida donde llevarte ensaladilla (por ejemplo, y que también está muy buena).
Disponen de TV (conforme entras a la izquierda) donde echan muchos partidos de fútbol (para unir caracoles+deporte) y no perder nada.

Lo frecuenté en julio del 2011 y estaba muy poco ambientado, no sé cómo funcionará en otra época del año. Aunque se agradece ver a la misma gente un día tras otro, ambiente familiar.
Iba al menos 3 días por semana, con amigos para tomarme unas cabrillas o sola para llevarme una tarrina de caracoles. Vale la pena para eso y poco más, pues no tienen tapas prácticamente.
Los camareros son muy simpáticos, me tendrían como clienta estrella.

Para mí es el palacio de las cabrillas y los caracoles. Cuando llega el mes de mayo es obligatorio visitar esta cervecería. Además tiene una gran variedad de tapas y montaditos.
La única pega que pongo es el autoservicio, que nunca me ha gustado, pero hace que el servicio sea mucho más rápido. Por lo demás está bastante bien.
Otro apunte para bolsillos en crisis: los precios son muy asequibles.
Una gran combinanción para una noche sevillana: tapeo, caracoles y buen ambiente.

¿Que quieres caracoles? Pues ve al Kiki
No es que existan pocos bares en Sevilla donde se ofrezcan caracoles, porque hay a montones, aunque probablemente, El Kiki sea uno de los más famosos.
No sólo está lleno en temporada de caracoles; hay gente durante todo el año. No me extraña porque es bastante barato. Una vez pedí con unos amigos varias tapas y bastantes cervzas y cuando nos cobraron pagamos muy rápido y riéndonos a modo de «¡qué bien! se han equivocado y nos han cobrado de menos!» Lo bueno fue que al rato, pudimos comprobar que de equivocarse nada, ¡que los precios son esos de verdad!
Como era de esperar, volvimos a la semana siguiente…