El Clavo

Si como yo, eres un manitas que cuando le falta cualquier insignificancia, deja de hacer el trabajo, se te acabaron las excusas.
Hay una ferretería en la Carretera de Su Eminencia, que te da solución a toda clase de imprevistos.
Tengo la certeza de que nunca nadie sale de allí sin llevarse lo que ha ido a buscar, si no lo lleva, no es porque no lo haya.
Siempre hay gente, como es normal, primero, porque la calle donde está situada, es cien por cien comercial, no hay hueco entre un local y otro, atestada de negocios está la carretera entera, de punta a cabo.
Segundo, porque diariamente, la calle está llena de gente de todos los alrededores, aunque no vivan allí, se desplazan, porque hay de todo, hasta mercadillo.
Y tercero porque, sin lugar a dudas, es la ferretería más conocida en todo el perímetro de la zona.
Hay que ir para entender de lo que hablo, así que… chic@s, ¡¡ manos a la obra!

Cualquier cosa que necesites de una ferretería, aunque no la encuentres en ninguna parte de Sevilla seguro que la tienen en El Clavo. No falla, y mira que nos ha pasado veces. De esto que compras un mueble de IKEA y le faltan tornillos pero no los encuentras por ningún lado porque vienen hechos especiales para que solo los puedas conseguir en esa tienda y te agobias porque no puedes montar la estantería de marras. No pasa nada, tranquilo, te vas para El Clavo con una muestra y entre los miles de cajones de mercancía que tienen seguro que aparece un tornillo con el que te apañas. Además el tipo que te atienda te explicará cómo tienes que montar la estantería mucho mejor que cualquier manual.
No falla oiga, ahora aplíquese ese ejemplo a cualquier cosa que puedas necesitar: el destornillador raro de turno para reparar algún componente electrónico fuera de garantía pero tiene tornillos propietarios, la llave inglesa con una medida que no tienen en ningún sitio o la tapa de cristal de la lámpara de cocina que compraste hace años y ahora se te ha roto. Eso último fue muy fuerte, nosotros llegamos todo inocentes preguntando por el cristalito redondo de la típica lámpara de cocina incrustada en el techo pensando que iba a ser difícil encontrarla porque nuestra lámpara ya tenía sus añitos. Llegamos, preguntamos y nos dicen como si les preguntaran por eso todos los días «¿de qué diámetro?». Casi sin tiempo a decirle el diámetro ya teníamos el cristal en la mano envuelto y todo. Lo mejor, el precio, creo que no llegó a dos euros.
Así que mi consejo es que todo el mundo siga el refrán ese de que «un clavo saca otro clavo» y para los asuntos ferreteros difíciles se pasen por esta ferretería, la que tiene más solera de toda Sevilla y uno de los negocios míticos de Su Eminencia que debemos conservar.