Centro Deportivo Ifni

Este centro deportivo cuenta con diversas instalaciones: pabellón cubierto, rocódromo, dos pistas de tenis, dos de pádel y tres de futbol sala. En el caso particular del fútbol sala, deporte que practico aquí desde hace bastantes años, el estado de las pistas no es el más adecuado, al menos en dos de ellas, si bien están acometiendo la reforma de la que estaba en peor estado. Famosa es su pista de terrazo, que se pone impracticable en cuanto caen dos gotas.
Afortunadamente ahora estamos jugando en la pista en mejor estado, la que está tras el pabellón cubierto, que sí está bastante bien. Os recomiendo que sea la que escojáis si venís a jugar aquí. Asimismo, en el pabellón cubierto hay disponible vestuarios y duchas.
En definitiva, un centro deportivo con algunas instalaciones algo anticuadas y otras en muy buen estado, magníficamente situado y de fácil aparcamiento siempre que no juegue el glorioso en casa, en cuyo caso es imposible

A uno que le guste el Betis le encantará ir al Centro Deportivo IFNI. Se encuentra de cara a la zona noble del estadio Benito Villamarín. De hecho, a uno que le guste el Betis le gustará más este sitio cuando le diga que está proyectado que, en un futuro a medio plazo, sea parte de una gran ciudad deportiva verdiblanca.
Pero ahora no lo es. Y no le hace falta, por lo que parece, porque tiene mucha vida deportiva dentro de sus muros. Para empezar, y como gran estandarte, dispone de un rocódromo que es relativamente nuevo. Ya sabes, esta pared vertical con asideros que son usadas por los escaladores. También tiene un pabellón cubiertos y dos pistas polideportivas donde se hace feliz a muchos niños y mayores. Dispone también de una pista de futbito de cemento y otra de fútbol de tierra, donde da gloria ver entrenar a los más infantes y a sus familiares animarles desde la esquina.
Pero para mí, que soy una obsesa del tenis, lo más importante son sus dos pistas. Lo cierto es que no son de lo mejor que hay en Sevilla pero para un desavío te hacen el apaño. Tienen algunas grietas y, para colmo, no están muy bien colocadas con respecto al viento, que cuando sopla fuerte (cosa que pasa a menudo por esa zona), hace muy complejo adivinar el vuelo de la pelota.
Este Centro Deportivo, como otros muchos que hay en Sevilla, pertenece al Ayuntamiento de Sevilla, con lo que sus tarifas son las oficiales y relativamente baratas. Acuérdate de que no basta con reservar, sino que tendrás que tener tus bonos al día o haber realizado tu transferencia y posterior impresión del justificante de la misma.
El IFNI es un centro deportivo más de esos que hacen las delicias de los lugareños. Pero siendo honestos con nosotros mismos, no es de los más completos ni de los que están mejor acondicionados.

Si es verdad que en la variedad está el gusto, en Ifni tienen mucho gusto. Es que se puede hacer casi cualquier deporte. Hay pistas de absolutamente todo. He jugado muchas veces aquí, a varios deportes distintos, sobre todo a fútbol sala y a tenis.
De fútbol sala tiene muchísimas pistas. Unas mejores y otras peores. La del pabellón cubierto es exquisita, soberbia. De esas de goma azul que no resbalan nada. De las que te sientes un profesional del deporte por un rato. Sin embargo, las de fuera están en peor estado, sobre todo una que es como de azulejos de suelo de salón, que resbala muchísimo y hace poco vistoso nuestro ya de por sí «exquisito» juego.
Las de tenis están bastante bien, aunque no guardo buenos recuerdos (a lo mejor es porque soy un paquete y siempre pierdo). La pega es que como salga una pelota del cercado, hay que ir a buscarla bastante lejos. Además tienen las fuentes de agua muy cerquita… y cuando tu estado físico es tan pésimo como el mío, se agradece mucho.
También está cerca el ambigú, pero por las mañanas, cuando yo voy a jugar, no suele estar abierto. Pero a la entrada también hay una máquina de refrescos, que viene muy bien cuando acabas hecho polvo de tanto hacer ejercicio.
Hay un montón de pistas de varios deportes, pero lo que más llama la atención es el rocódromo. No soy yo de escalar, la verdad. Tengo vértigo, y eso es un hándicap. Pero tengo amigos que sí son aficionados y dicen que es una gozada. A lo mejor un día de estos me animo… aunque lo veo poco probable.
El tema de reservas también funciona bastante bien. No sólo se puede reservar «in situ», sino que se puede pagar previamente yendo al banco y abonando la cantidad correspondiente. Es muy recomendable reservar antes, porque siempre hay muchísima gente esperando. Y no me extraña. La variedad de pistas, la situación que tiene y la gran cantidad de aparcamiento que hay por allí, hacen que sea una de las mejores opciones para hacer un poco de ejercicio.

Junto al campo del Betis, en el barrio de Heliópolis, se encuentra el Centro Deportivo Ifni, gestionado por el Instituto Municipal de Deportes –así que ya sabéis: las quejas y aplausos, a esta institución pública-.
Cuenta, entre sus instalaciones, con un pabellón polideportivo cubierto (actualmente en remodelación), 3 pistas de tenis y 3 de padel, campo de fútbol de albero, 2 campos de fútbol sala, rocódromo, parque de juegos infantil y ambigú. Vamos, que si te gusta practicar deporte, tienes donde elegir pero, ¡ojo!, tienes que reservar con antelación –redundancia, ¿reservar a posteriori…, no sé-​, porque están siempre a tope.
El rocódromo es muy vistoso. Es enorme. Da miedo subirse ahí. La piña puede ser menuda pero, oye, el personal de allí lo hace, esto de escalar, digo, que parece que no cuesta ningún trabajo. Es para verlos, vamos. Y para ello, para verlos, para quedarte embobado viendo cómo escalan estos hombresarañas y mujeresarácnidas, tiene hasta unas gradas allí dispuestas para sentarte plácidamente, y ahí te las den todas practicando el deporte de mirar.
En lo que respecta al estado de las instalaciones, el IMD –Instituto Municipal de Deportes– debería ponerse las pilas, ponerles un poco de cariño, y adecentarlas un mucho. Sobre todo las de fútbol, que están en condiciones penosas.
Y el ambigú, pues sirve para lo que sirve un ambigú, que no es otra cosa que para una refacción -¡¡toma palabreja!!-, es decir, para reponer fuerzas con algún alimento, agua, refrigerios, café, patatitas, etc.