Carmen L Mena

Por si fuera poco agobio tener que buscar la ropa y los complementos propios cuando decides casarte, la cosa se complica si tu madre es la madrina y tienes que ayudarla con su atuendo. Porque aunque parezca tarea fácil deja de serlo cuando la señora es una presumida de cuidado que cambia de opinión cada dos o tres días. Primero quería ir estilo años 20, después de largo, al otro día otra vez de corto pero en otro estilo… Total, que me enteré de que hay una tienda bastante completa de tocados y pamelas no muy lejos de casa y ahí que me la llevé para ver si así se inspiraba.
A Carmen, la dueña y creadora, yo le pondría un monumento. Porque le pusimos la cabeza como un bombo de preguntarle, pedirle opinión, probar distintos estilos… Si no estuvimos en la tienda dos horas para no llevarnos nada estuvimos tres, no lo recuerdo. Pero ella misma no nos recomendó comprar ese día, porque mi madre sigue sin tener claro qué tipo de vestido quiere, ni siquiera el color. Así que no es manera de comprarse unas pamelas aunque algunas fueran tan bonitas que daban ganas de comprarla y luego buscar el traje a juego.
En el tema de precio, a ver, ningún complemento de boda es precisamente barato. La diferencia está entre lo que merece la pena pagar y lo que es un abuso. Los tocados de Carmen me parece que merece la pena pagarlos, lo primero porque los hay bastante originales y poco vistos y lo segundo porque suele tener otro tipo de accesorios a juego (cosa muy útil para las invitadas) como el bolso. Además se nota que los materiales son de calidad, que no te vas a quedar «despeluchada» antes de que acabe el convite ni muchísimo menos. Incluso venden tocados para la propia novia, aunque como eso es algo que yo no me planteo no me fijé demasiado. Desde luego, la tienda de Carmen Mena es una de ésas que no puede faltar en la ruta de una casamentera y su madre.