No se puede decir demasiado del Café Oly puesto que no tiene nada en especial. Encontrarás el mayor bullicio a media mañana, parece que todo el mundo coincide o se pone de acuerdo para ir a desayunar, pues he ido a todas horas de la mañana y parece que todo el mundo concurre a la vez. Los molletes que ponen están ricos. Lástima que el aceite no esté del todo a la altura. La atención es rápida y amable, y los precios están dentro de lo habitual. No destaca por estar emplazado en un lugar singular. El local no es enorme precisamente. Si llegas a la fatídica hora que te digo, muy probablemente tendrás que pedir paso, que se levante la gente para poder llegar a una mesa, salir de allí o que te hagan a ti levantarte. Bastante incómodo en ese aspecto. Ojalá den un toquecito, nuevos aires o desarrollen una especialidad y la promocionen bien, que comparado con otros de la zona el Oly se queda rezagado.
Miguel Ángel D.
Classificação do local: 5 Sevilla
El mejor bar de desayunos de Sevilla capital y alrededores… ¡Sin duda! «A este lo he criao yo», no sé cuántas veces le habré yo oído esa frase a Manolo. Y es que la mayoría de las veces se ajusta completamente a la verdad. Manolo es el dueño del Café Oly, y sí, prácticamente me ha «criao», a mí y a medio barrio, a base de tapitas, cuando trabajaba en «La Botella» el bar de su suegro, el padre de Maribel, su mujer y compañera de trabajo. A la botella iba yo con mis padres desde antes de aprender a andar, pero eso ya os lo contaré en otra reseña. El Café Oly se diferencia de otros en que Manolo tiene muchos«kilómetros de barra», y eso da mucha sabiduría para saber lo que la gente valora a la hora de gastar dos duros en la calle. Él no escatima en la calidad del café, ni en la del jamón, ni en la del pan, ni en la del aceite, ni en la de nada, porque Manolo es un auténtico catedrático de la hostelería y sabe muy bien lo que se hace. Por eso te pone los mejores desayunos que jamás he probado. En ningún sitio me como yo una tostada como me la preparan allí, con su carne mechada su toquecito de jamón serrano y su chorrito de aceite del bueno. A pesar de llevar muchos años fuera del barrio sigo volviendo porque para mí es el mejor bar donde desayunar, es mi sitio, es mi casa. Así lo siento y así lo digo.