Bar Miguel Angel

Casi siempre que vengo a Sevilla me paso por este bar. Las tapas son esquisitas y esta muy bien situado. Ideal para degustar un pedacitos e la gastronomía andaluza.

Este Bar, situado bajo el Hotel Occidental (sí, ya lo sé, ahora se llama Ayre pero, para mí, siempre será ‘El Occidental’) es uno de mis sitios favoritos para comer en la zona de Nervión.
Es simplemente estupendo.
Tienen zona de veladores en el exterior, mesas altas y bajas (aunque últimamente, no sé por qué, a mediodía sólo ponen de las altas y eso me molesta… :(.) en la que se está muy bien de día y de noche. En el interior tienen barra con sillas altas o para tomar algo de pie, y mesas (desconozco si por sentarte tienes que pedir platos o tal, suelo ponerme fuera…).
En cuanto a la comida… se me hace la boca agua sólo de pensar en la piruleta de solomillo con salsa dama blanca… UNA DELICIA! Todo un MUST como nos gusta decir al amigo Galavís y a mí. Destacar, también, la piruleta de pollo y roquefort y el cebón con foie. Otras tapas que he probado han sido la hamburguesita de gambas y la lasaña de pringá (ricas también). Quizá la única tapa que no recomiendo a nadie es la tortilla de patatas con salsa al wisky. Sólo he tomado postres una vez: tarta de chocolate blanco (bien, sin más) y crema catalana (riquisisisíma). Cabe mencionar que todos sus postres son caseros.
En cuanto a la atención, bastante buena también. Creo que nunca me han puesto una mala cara ni me han dado una mala contestación, suelen ser muy agradables.
En resumen, si estás por Nervión, es un muy buen sitio para comer/​cenar/​tapear… y si me avisas, mejor que mejor!!!

Tenemos este restaurante cerca de casa y en cuanto llega el verano, venir a disfrutar de sus tapas con «tarifa plana» de 3 € en la terraza es un auténtico gustazo.
Cuando durante el año vuelvo de Zaragoza y echamos un paseo a casa, hay veces que no resistimos la tentación de entrar…
La atención es exquisita y la comida mucho más.
Recomiendo las piruletas de solomillo y bacon en salsa Dama Blanca.
He de reconocer que nunca he comido de carta, pero todo el producto es fresco y la limpieza es especialidad de la casa. Muy recomendable.
Seguiré viniendo…

NO COMAS EN LA ESTACIÓN VENTE AQUI!!!
Al lado de la Estación de Santa Justa, nos pasamos a comer en la barra, compartimos unos cuantos pinchos y unos cuantos riojas, entre los pinchos o medias raciones destacaron: El timbal de rabo de toro y berenjenas, media ración de jamón ibérico (riquísimo), ensaladilla de gambas, muy buena y muy jugosa, atún marinado (un poco escaso, pero una madrileña por tres euros no pide más). Estuvo todo muy rico y el trato muy atento y muy rápido.
Como pega que había muchos platos que ese día no tenían, pero así los puedo probar la próxima vez.
Muy muy bien.

Este local está justo en frente de casa de mi padre por lo que solemos bajar a tomar una cerveza y una tapa cuando nos vemos. Es un restaurante de toda la vida del barrio de Nervión y su carta tiene bastante variedad. Dispone de veladores donde sentarse cuando hace buen tiempo y un salón dentro donde comer.
La carta de tapas tienen todas un precio único de 3 € y si quieres medias raciones o platos de carta también te los sirven. No tienen mal género y la atención no es mala (pero sí muuuy lenta). Sí que tienen una pega y es que tienen mucho frito y muchas tapas con salsas. Con esto me refiero a que si un día quieres algo a la plancha o una carne o pescado sin muchas grasas añadidas es un sitio difícil, aunque no dudo que en la cocina te lo puedan preparar.

Este sitio está excelentemente ubicado debajo de casa de mi hermana, por lo que de forma frecuente suelo tomarme una cerveza con tapita para esperar a que baje.
Sin ir más lejos el domingo, sentado en las mesas altas que tienen en la puerta, me tomé una tapa de flamenquín al cabrales que estaba de muerte. Mi hermana bajó, se tomó una cerveza, pagamos la cuenta (6,48 €) y nos fuimos a otro sitio. Esta es la gran novedad de este sitio tan elegante, que además de sentarte dentro a almorzar por todo lo alto (con la visa preparada, eso sí) ahora también puedes tomarte un par de cervezas y una tapa «de lujo» a un precio más que asequible.
Recomendable al 100%.

Conocí este restaurante cuando el hotel que está al lado se llamaba Occidental, aun no vivía en Sevilla y estaba allí por trabajo. El vuelo en el que llegaba de Valencia llegó con un retraso del infierno y terminé haciendo check-​in a las 10 y media en el hotel.
Estaba canino, y como pagaba la empresa decidí que aquella noche me iba a poner fino.
Tomé timbal de berenjena y langostinos, y como plato una merluza en salsa de gambas,… iba de crustáceos la noche, de postre flan de huevo y cabello de ángel y café.
No tomé vino, y la cena se subió a los cincuenta.
El salón no lo calificaría de bonito, es más me gusta más el exterior del restaurante, pero resulta curioso tanto cuadrito y ese zócalo de azulejos. Me gustó el sitio, me trataron bien, aun a pesar de lo triste que puede resultar cenar solo.