De todos los sitios en los que paro a tomar café ocasionalmente este es mi favorito. Está en La Cartuja, junto a Ceade, y su característica principal es la pared de agua frente a la barra. Tras un cristal cae agua continuamente dejando pasar la luz del día pero no el frío ni el calor. Salvo en mi última visita el resto de ocasiones ha estado casi vacío y tranquilo. Es un gustazo sentarse a oír y ver caer el agua mientras te tomas un buen café. El café y media tostada sale barato, a 1,60 €, precio de cafetería de polígono. La decoración cambia de vez en cuando. En mayo tenían unas cortinas y unos retratos expuestos. A finales de noviembre ya no estaban las cortinas y una bici verde estaba colgada encima de una de las puertas. Me encanta esta cafetería, por su aspecto, por sus precios, por su café y por su poco de locura.