Abril

En la calle Baltasar Gracián este restaurante llama la atención porque ocupa dos o tres números de lo que serían viviendas, si no estuviera, y por sus cristales oscuros, dispuestos desde el suelo al techo a lo largo del local.
Una amiga y su oficina han encargado aquí su comida de navidad y me ha contado que la comida está rica. Ellos pidieron arroz con bogavante o arroz marinero, no recuerdo, porque su carta de arroces es amplia (incluye risotto, el delicioso arroz negro, con carrillera,.), además de otras dos cartas de carne y pescado. Los precios, de moderados a baratos, diría.
Y el local es bonito. Elegante y bastante sencillo. Apenas las mesas y las sillas dispuestas con su mantelería, pero unas sillas muy bonitas, de madera y tapicería roja, con el respaldo redondo, paredes pintadas de color oscuro y algunas fotografías. En ese sentido resulta también un poco impersonal, pero el conjunto es agradable, serio pero agradable.
Tienen al lado una empresa de aparta-​hoteles con la que creo han llegado a algún tipo de acuerdo para servir las comidas a sus clientes.