Horno, pastelería, cafetería. Nos acercamos el día de reyes para resguardarnos del frío mientras esperábamos que empezara la cabalgata. Estaba lleno, pero entramos a ver si quedaba alguna mesa al fondo. Tuvimos una grata sorpresa cuando el camarero nos abrió otra sala interior solo para nosotros, pues íbamos con carro y éste no cabía entre las mesas. No tienen mucha variedad en bollería y nunca he comprado el pan aquí, pero está bien para sentarse un rato a tomar un café. El trato además fue estupendo, por lo que volvería.