Vamos, el local es cutre cutre. Y si no fuera por la sorprendente falta de Mexicanos en esta parte del Maresme no hubiera entrado nunca. Pero el cutre se convierte en encantador una vez que has entrado por la puerta. Tanto el patio como el interior están lleno de cachiwaches traídos desde Mexico, parece que te han transportado en un plis-plas a una taverna auténtica, con música de Thalía incluída. El camarero(que a lo mejor también es el dueño?) es super simpático, aunque si eres una persona muy reservada a lo mejor te intimida con sus historias y te explica /aconseja en todo lo que quieras saber de la carta. La comida es comida honesta mexicana(o lo que se llama comida mexicana en Europa), sabores buenos y picantes ajustables. Por si acaso te preguntan y además te ponen unas salsas picantes aparte por sí quieres escupir un poco más de fuego. Lo único que no puedo recomendar es la carta de postres. Mejor déjate aconsejar sobre alternativas con alcohol, que lo disfrutarás mucho más — desde helado de licor a tequila. El precio está super económico, así que vente con toda la familia. PD para vegetarianos: huevos rancheros, nachos con guacamole, fajitas vegetarianas. No moriréis de hambre ;)