IKEA

Consumir productos en IKEA produce en mí cierto malestar, al hacerme pensar en la posible explotación de sus trabajadores o en la procedencia de sus muebles, dado el bajo precio de todos sus productos. Tampoco me gusta la idea del consumo en masa, que no veo tanto como la crítica que le hacía Palahniuk hace ya casi veinte años (¡veinte años!) sino más bien por aquello del usar y tirar, de comprar cosas que no necesitas y por la sensación de tener tu casa decorada exactamente igual que la de tu vecino. Los muebles en sí no me entusiasman en su mayoría, por ser algo toscos en su diseño, al fin y al cabo es una gran cadena, pero siempre puedes encontrar algo bonito o que se acerque más a tus preferencias. Desde luego, los diseños de IKEA fueron revolucionarios en su momento por aquello del romper con el horrendo mueble castellano y mega barroco que poblaba la mayoría de tiendas de decoración de España, aunque, como decía, ahora todo el mundo consume aquí, como es lógico, pero provoca cierta sensación de ahogo. Tampoco hay muchas alternativas para nosotros, pobres mortales con sueldos miserables, que sean muy de mi agrado y de hecho, llevo años tratando de cambiar la mesita de IKEA que hay en mi salón por otra mejor, pero todas me parecen demasiado caras. Alternativas un poco más sacrificadas pueden ser Habitat e incluso Muji, si nos quedamos en el campo del diseño sobrio y moderno de los países nórdicos, pero el precio se eleva un poco. Hay también pequeños comercios y tiendas de antigüedades, pero es difícil explorarlas y necesitas tiempo. Por eso, la mesa-​mamut de mi salón sigue desafiándome cada mañana porque sabe que vino para quedarse.
En cuanto a las enormes instalaciones, están perfectamente organizadas con un recorrido marcado del que por suerte puedes escapar para evitar ser seducida por las mantas y cojines que sabes que no necesitas, pero es difícil no mirar nada y comprar exclusivamente tu objetivo. No obstante, la organización es buena y el sistema de sírvase usted mismo es bastante efectivo. Salvo los días de más afluencia, el personal ha resultado competente y correcto en todas las ocasiones.
Siempre hay algo en lo que puede ayudarte esta gran cadena y en mi caso es en el campo del almacenaje. La última vez que fui compré unas estanterías metálicas perfectas para el trastero, al igual que las cajas de plástico para guardar todo lo que se te antoje. Muebles sencillos para organizar mejor toda esa cantidad de cosas que guardo y que un día tiraré para vivir con unos vaqueros, una camiseta y un ordenador, que es lo realmente imprescindible. Mientras esa utopía parece no llegar, seguiré necesitando organizar mis cosas y, de momento, esta tienda viene bien.

Los muebles, además de baratos, son bastante bonitos y además yo siempre que voy a Ikea paso por la tienda de comida y compro alguna comida tradicional sueca y aveces me quedo a comer en el restaurante de Ikea, la comida esta bastante rica, es barata, esta rica y es de buena.

Me gusta la variedad pero algunas cosas no son tan buenas y el servicio tarda demasiado

Intenta usar los atajos de los almacenes si quieres ir rápidamente a las cajas, ya que están al final de la tienda. Tiene una buena sección de Espacio Verde para todo lo referente con la vegetación. Abren los domingos cosa que es muy agradecida. El único problema es que el aparcamiento suele llenarse y seguramente tengas que aparcar lejos y si llevas la compra en los carros de Ikea no hay para dejarlos cerca.

Hoy he comprobado que el servicio onlin de Ikea deja bastante que desear. Se supone que en su web te informan de su disponibilidad de productos, pero cuando hemos ido al que supuestamente era el único centro donde tenían lo que necesitábamos, resulta que no, que no tenían el stock que indicaba su web, de hecho no tenían ni uno solo y, como suele decirse, ni está ni se le espera, al parecer por unos problemas de distribución.
Según el encargado que nos ha atendido es posible que la web esté desactualizada. Y digo yo, si está desactualizada ¿para qué sirve?

Ikea me gusta y me aturde a partes iguales. Sí, odio ir. Pero no, no puedo dejar de hacerlo, porque me gusta mucho el estilo nórdico, la relación calidad-​precio y es un gusto coger ideas, aunque acabes muerta de cansancio y mareada de ver tanta gente y tanta cosa.
Este Ikea me pilla lejos, pero me trae muy buenos recuerdos, porque fue el primero al que fui aqui en España.

Si Ikea se presentase a las elecciones, ganaría. Fijo.
Viva Suecia, viva Ikea, y viva la tienda de fuera y su salmón noruego…
No puedo entrar sin salir con mil cosas para la casa. Y encima de las útiles.
Cambian y cambian y cambian, por lo que siempre hay algo que te sorprende de visita a visita.
Muy cómodo y tranquilo.
Si vas los fines de semana, madruga, puede que no encuentres sitio para aparcar si llegas después de las 11.

Creo que este es el Ikea que más he visitado. Se encuentra en medio del Megapark, rodeado de cadenas de tiendas de otro tipo, el centro comercial Plaza Norte, restaurantes de comida rápida…
El complejo es enorme pero se convierte en una ratonera los fines de semana y es practicamente imposible aparacar cerca de la tienda si no madrugas suficiente.
Este Ikea es como todos los de la cadena, sobre todo: muebles baratos de diseño, para montar uno mismo en casa, y accesorios de todo tipo para el hogar, además también hay comida sueca para tomar en la tienda o llevar.
Los perritos calientes que venden a la salida de las cajas, son míticos :)

un ikea noramal
mejor comprar por semana. fines cola en caja