Este es uno de esos restaurantes en los que te hacen sentir especial en el momento en el que entras por la puerta. La atención es tan amable que te dan ganas de volver todos los días. Lo segundo que llama la atención son las vistas. El salón está lleno de ventanales desde los que se pueden admirar las Sierras de Ronda. Y lo tercero, es lo buena que está la comida, lo bien presentada, y el precio, que sin ser barato, es bastante razonable. Hay que tener en cuenta que para ser el restaurante de un hotel de 4 estrellas, todo está a la altura excepto el precio. Comiendo a la carta, los entrantes oscilan entre los 8 y los 15 €, y los segundos entre los 10 y los 20 €. La mejor opción es pedir el menú del día, que está disponible a medio día(13:30 — 15:30 horas) todos los días de la semana, incluidos fines de semana, y que incluye primero, segundo y postre por 18 €(bebida aparte). También se puede tomar un café o copa en la cafetería del hotel, cuya terraza es espectacular. En la cafetería, un café cuesta 2 €, un refresco cuesta 2,50 €, y los combinados de alcohol entre 9 y 12 €, según la marca. No es barato, pero tampoco desorbitado. Está claro que se pagan las vistas y el buen servicio. Es un lugar privilegiado para disfrutar de la puesta de sol, sobre todo en primavera y verano.