El recuerdo de cualquiera que haya pasado vacaciones en Ribadeo desde la infancia, es la terraza entoldada, antes amarilla y verde, ahora blanca, mientras jugábamos con las bicis por el parque o cogiendo moras. Abierto desde 1969, en sus orígenes empezó como casa de comidas ya que paraban los ALSA en la misma puerta. Tras pasar por tres familias, ahora un grupo de jóvenes han cogido el traspaso por jubilación, y se notan los cambios: decoración al estilo hipster, música agradable y un buen café italiano, Lavazza. Sin duda, un lugar al que vengo a menudo para disfrutar de su terraza, su café y el wifi bajo clave, desde el que seguir escribiendo reseñas.