Uno de los locales clásicos de Murcia en un fantástico enclave como es la la plaza Belluga, admirando la fachada barroca de nuestra catedral. Curiosamente el nombre ha supuesto durante años un repelente para mí, dado que no estoy interesado en mejillones. Sin embargo ha resultado ser un sitio de tapas y bocadillos más que correcto y con un precio extrañamente aceptable, habida cuenta de la calidad de lo que ofrece y sobre todo de la ubicación. ¡Dale una oportunidad!