Un restaurante con solera, desde 1970 reza la carta y puedo dar fe, por referencias familiares que no ha perdido un ápice de su esencia. Auténtica cocina cordobesa, salmorejo, flamenquines, y un lomo en taco que están de ensueño. Por su localización, en la carretera a Puente Genil, que obliga a desviarse unos 10 minutos de la autovía, puede que parezca un poco apartado, pero nada más lejos de la realidad. Normalmente hay bastante público e incluso alguna vez casi no he encontrado mesa libre. En definitiva, parada obligatoria para comer si te pilla de camino por esa zona, entre Sevilla y Málaga, junto a Estepa.