CA Xoret Sll.

La verdad es que me sorprende la disparidad de opiniones sobre este sitio. En mi caso las dos veces que he ido a comer, en ambas encargamos un arrocito y antes unos aperitivos. Si bien los arroces «no eran para tirar cohetes», los aperitivos en ambas ocasiones estaban riquísimos.
El servicio, me pareció amable y correcto, y tuve la percepción de que fuera lento. Si bien es verdad es que cuando voy a comer en este plan, es que no tengo prisa, y tampoco me gusta que me agobien.
El local me parece muy acogedor, si bien es verdad que el sitio está un poco apartado.
Desconozco como es el almuerzo.
Desde luego a comer, seguro que vuelvo.

He visto que hay comentarios negativos sobre la experiencia de almorzar en este sitio. Yo debo decir todo lo contrario, así que uno de los dos tuvo suerte (o mala suerte) en la experiencia.
Vayamos por partes: jamás había ido a Meliana, pese a su cercanía con Valencia. Aunque vale la pena ir la primera vez (el resto no) en coche para observar los caminos de la huerta norte todavía viva al lado de la ciudad. Si voy una segunda cogeré un cercanía hasta la estación Roca-​Cúper, que está justo al lado de la calle donde se ubica el local.
Yo soy de Almussafes y he mamado este tipo de lugares desde pequeño: amplios, ruidosos, con labradores en las mesas y un servicio rápido y eficiente. No creo que necesiten mucho más, aunque lo cierto es que no he ido a comer o a cenar y no sé cómo se desenvuelven con más gente en la sala.
El caso es que nada más llegar nos pusieron cacaos, aceitunas y nos ofrecieron pebreras (guindillas verdes ligeramente picantes), al tiempo que nos tomaban nota de la bebida. Y nos ‘cantaron’ las opciones de bocadillo, donde decidimos decantarnos por el de carne de caballo con ajos tiernos y habas.
Para mí se trata de un bocata lo suficientemente grande, si bien no llega al tamaño de otros bares (y no hablo de La Pascuala). La carne estaba muy bien hecha, muy tierna y los aojos y las habas sabían a eso, a ajos y a habas. Faltaría más con la cercanía de los campos de labranza.
Para rematar pedí un cremaet (ofrecían de ron o de coñac) en honor a mis ancestros y el precio por persona fue de cinco euros y medio, algo superior al de algunos lugares de la capital pero creo que justo por lo que se nos ofreció.
Lo mejor fue pasar la siguiente media hora paseando por caminos sin asfaltar y aspirando el aire del campo, algo impensable para quien no conoce este enclave que resulta estar al lado de la autovía a Castellón.
Yo lo recomiendo. Y si puedo, volveré.

Todos los comentarios anteriores son de comida y en este caso mi mala experiencia es con el almuerzo. Elegimos ese sitio por su cercanía con el Belén de Roca y ya os digo que esta es primera visita y última.
Os comento, ya que ellos no lo van a hacer, que pidas lo que pidas te van a cobrar como mínimo 4 €. Igual pensáis, 4 euros no es tanto, pero yo os aseguro que es abusivo para no almorzar absolutamente nada.
El tema es que entramos y pedimos 2 medios bocadillos y una bebida. Lo bueno es que nos sacaron aceitunas y cacaos porque si no ya seria el colmo. Pues bien, el bocadillo de mi marido estaba bien. Cuando pruebo el mío, que era de tortilla de patatas, me doy cuenta que estaba hecho sin una pizca de sal y que al calentarlo en el microondas se han pasado y la han dejado totalmente seca y asquerosa. No le pude dar ni dos bocados y preferí pasar hambre que comer ese desastre. Tras la desilusión pedimos la cuenta y vemos que se han cobrado dos medios almuerzos a 4 € cada uno. ¿En serio? Por un medio bocata normal, una bebida y una suela de zapatilla insípida disfrazada de bocata?. A mi que no me esperen que en esa piedra solo tropezaré una vez

Fui a comer el pasado día 10/​01/​2014. Comida normal, sin pretensiones, a lo tradicional. El establecimiento estaba lleno; tuvimos que esperar. Eso, como digo siempre, ya quiere decir algo. Un 6 sobre 10.

Asistí a este restaurante en compañía de unos buenos clientes que tienen su fábrica cerca. Desde luego no se me ocurriría coger el coche un día entre semana y desplazarme hasta allí. El entorno te recuerda a los cientos de pueblos de la Comunidad Valenciana: casas unifamiliares con planta baja y primer piso, con calles tranquilas donde los niños todavía pueden jugar a la pelota en la misma calle (como yo mismo hice). Es una lástima que esto se perdiese para nuestros barrios, lo recuerdo con mucho cariño y me pregunto cuando se perdió…pero esa es otra historia. El local como se puede observar en las fotos está decorado con motivos valencianos. Increíble la máquina de coser, idéntica a la que tenía mi abuela. Como la añoro, que arròs caldós, que puchero, que dulces de Navidad, que buñuelos…que besos. Sí, de esos que te dejan sordo.
Hasta ahí todo bien. Seguramente ese mismo día tenían problemas, y por eso no quiero ser demasiado crítico. Una única camarera, por muy amable que sea (que lo era), para más de 20 mesas no da más de sí. Servicio lento. Desde luego para una comida de negocios entre semana, demasiado lenta.
Comimos de menú, a un precio con relación a la calidad acorde (11 €). Me pedí, como no, una paella de primero y un salmón plancha de segundo. Y la verdad, la paella era muy escasa, pero que muy escasa y tampoco era nada del otro mundo. Buena. El salmón era minúsculo y estuvo demasiado tiempo en la plancha. Efectivamente, seco y sin sabor. Lo mejor de la comida fue el postre. Me pedí un trozo de calabaza asada que estaba buenísima. Como detalle es que nos sirvieron ajoaceite y pan a discreción, y eso que un compañero se puso morado y pare de contar a partir de la tercera terrina.
Como no, la comida se fue demorando en el tiempo y al final nos quedamos solos en el local. Ahí pude constatar que efectivamente había demasiadas mesas para el servicio, ya que con más calma pudimos hablar tranquilamente con el que presumiblemente parecía el dueño (o el hijo del dueño) y nos deleitó preparándonos unas copas con Ginebra y Tónica muy elaboradas. Nos explicó brevemente la historia de los Gin Tonic, como se debían preparar y nos los preparó delante de nosotros y la verdad es que fue muy amable. Se le notaba el amor a su oficio.
Creo que en otras circunstancias estaría más acorde con el resto de los comentarios. Un mal día lo puede tener cualquiera.

La verdad, este sitio me encanta. Hemos ido varias veces y es de destacar la gran calidad de los arroces. Sales rodando, como dice una buena amiga mía!!! Los entrantes buenísimos, hay una gran variedad (uy esto es malo recordarlo cuando tienes hambre jejejejejej), están todos para chuparse los dedos… pero eso sí, hay que tener cuidado con una cosa, que es no perderse en pedir demasiados entrantes porque luego los arroces llenan un monton y están de morirse! Creo que no ha habido día que no hayamos salido llenísimos de ahí, y aun precio muy adecuado a la calidad con que te sirven. El local es alargado y hay muchas mesas, pero no hay que engañarse, mejor reservar porque se llena absolutamente siempre. La atención es siempre muy correcta y agradable, da gusto comer allí por lo amables que son. Esta situado en la zona de huerta de Roca, cerca de Meliana, y después de comer te puedes dar una vuelta por la zona para bajar el arroz, que siempre cuesta que pase del estómago. En conjunto una muy buena opción para comer un buenísimo arroz en compañía de la familia o los amigos y a un precio adecuado.

muy buen restaurante valenciano con arroces muy buenos, recomiendo la paella de bacalao (no me gusta el bacalao, pero tiene un sabor de fondo super suave), muy buenas tapas elaboradas, con vino sale a unos 35 euros por persona, un poco más que comer en El Palmar, pero claramente mejor calidad precio, está en una tranquila pedanía de Meliana, ideal para dar un paseo por la huerta valenciana, después de comer.

Restaurante típico valenciano en el barri Roca de Meliana, al lado de la huerta.
Los arroces están en su punto y los entrantes riquísimos.Hoy pedimos las primeras tellinas de la temporada y estaban exquisitas.
La atención por parte de la camarera perfecta.
Es un sitio poco conocido, pero muy recomendable. Conviene reservar, se suele llenar.
Hemos llegado por Google maps, aunque no es difícil encontrarlo.

Este es el tipico sitio que une amistades: Que sitio me enseñó Juanito el otro dia… Cooooomo estaba el arroset!!! (pausa para quitarme la baba de acordarme)
Y como no esta en los «circuitos» turísticos, quedas como un Senyoret (Arros del senyoret, apuntad), eso si, la gente de la zona lo conoce.
Sin duda, un obligatorio para quien se acerque por la zona y quiera probar los sabores de la Valencia mas «arrosera». Voy a ir llamando para reservar, que el mes que viene tengo que ir por alli…