Yasta

Creo que mi primera vez aquí fue en una representación del Rocky. Es decir, un día en la que un grupo de actores aficionados se vestían a imagen y semejanza de los personajes de The Rocky Horror Picture Show (una de mis películas favoritas favoritísimas) y, con una proyección de la película, se movían por toda la sala increpando al público, echándoles agua cuando llovía, cantando las canciones y haciendo que pasásemos un rato genial. Tengo un recuerdo fantástico de aquella noche, incluso a pesar de que llevaba una V gigantesca pintada en la frente (a todos los que asisten por primera vez a una de estas representaciones les pintan una V de «Virgen» gigantesca).
Luego he estado en más ocasiones. En conciertos (recuerdo especialmente un concierto de Klaus & Kinski que compartí con casi todos mis amigos, y que fue espectacular) y en eventos de todo tipo. Casi nunca he estado en las sesiones de por la noche, que han pasado por todas las formas y colores: sesiones de pop, de rock, de electrónica… Hasta la que hay ahora, que se llama Mad Hunter y es una sesión específica para el público gay (tirando a osuno, por si alguien quiere todos los detalles).
La sala es bastante grande, y sobre todo bastante cómoda: es prácticamente rectangular y bastante diáfana. Algo que se agradece mucho durante los conciertos. Tiene dos barras (haciendo más fácil el acceso a pedir una cervecilla o algo) y el escenario es decentemente amplio para grupos que tengan una audiencia tirando a reducida o de medio tamaño. Creo recordar que no suena muy bien (aunque tampoco fatal), y que es tirando a carilla de precio.

Una noche de fiesta madrileña no es una noche de fiesta si no pasas por el yasta. Un amalgama de gentes de distinto tipo, gustos, colores y sabores siempre están esperando para entrar porque la noche promete y, en este sitio, suele cumplir.
Garito de referencia, porque es de esos míticos a los que ibas cuando apenas tenías los 18, aunque debo reconocer que la última vez que fui, debía ser yo la más vieja del lugar.

¿cuantas fotos tengo en la puerta de este local? Estoy seguro que muchas mas de las que tengo dentro.
Y es que son muchas horas en su cola a eso de las 4 de la mañana, dispuestos a pagar lo que sea por entrar en un sitio y dejar de morirnos de frió (Tanto yo como mi chica somos de Sevilla y el frió de aquí nos mata)
No sabría decir que tipo de música ponen, quizás si destaca un poco mas el funky, pero por lo demás siempre depende del DJ de turno que este pinchando.
Eso si, yo siempre intento gritarle que si me pone «Should I Stay or Should I Go» de The Clash y a veces cuela. Así que con eso me vale.
Alguna que otra vez nos hemos limitado a hacer la cola e irnos, pues parece que a veces los porteros están empeñados en cobrarte una barbaridad por que si, Así que movimiento fácil de baile, media vuelta y a otro lugar.

Otro de esos sitios donde he dejado más horas que delante de los libros en mis años de universidad, una sala con distintos ambientes en función del día y de la hora, desde siniestros hasta poppies te puedes encontrar apostados a partir de ciertas horas en su puerta, haciendo cola para entrar. No es difícil pedir lista por internet y evitarte esa espera, aunque no voy a negar que gran parte de los mejores momentos de una noche me han sucedido esperando en la calle. Sus porteros son porteros, no ogros, que saben trabajar sin amenazar de muerte ni cosas así. Cuentan con guardarropa cuyo precio –por motivos obvios– no recuerdo y mucho control en los baños, para evitarse sorpresas de cualquier tipo.

Otra de las salas míticas de Madrid y su movida. ¿Quién no habrá pisado esta sala alguna vez en su vida? Con mas de 20 años de historia, ¿quién no la conoce?
La primera impresión que te da es de que estás en una nave vacía que quizás fué un cine o un teatro en su día.
Tiene muy buenas dimensiones, 2 barras, un techo elevado que permite que no se acumule el humo del tabaco.
¿Y el sonido? Bueno, la acústica y los equipos actuales son bastante respetables pero se podrían mejorar.
Esperemos que esta sala vuelva a ser lo que fué allá por los 80’s

Buena y conocida sala madrileña, años y años ofreciendo la mejor música a un público de lo mas variado, abre de jueves a domingo proponiendo diferentes variedades de música electrónica desde el techno al gótico pasando por el trance o el drum and bass
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