Una estrella, el mínimo. Aunque quizá no debería siquiera comentar, ya que no puedo valorar su comida. Porque no hemos comido. Llegamos y estaba lleno, pedimos dos cervezas y esperamos mesa. Por eso no pasa nada. Antes que nosotros hay un matrimonio esperando. Nos sientan a la vez en mesas contiguas. El que parece el dueño nos toma nota bastante rápido. La verdad es que se ven bastantes camareros y se mueven rápido. En la otra mesa que queda a nuestro lado están comiendo menú. Tienen cara de llevar bastante esperando. El hombre les ha pedido pan varias veces pero no se lo llevan. Al rato(10 minutos) el que nos tomó nota acude al matrimonio que iba delante nuestro, que pidió menú, que no les queda algo de lo que han pedido. Seguimos esperando. A los 30 minutos(sin contar el tiempo que esperamos por la mesa) nos levantamos. Un camarero nos ve y grita a la barra«¡la tres se queda libre!». Ni sabía que no habíamos comido. En la barra esperamos otros cinco minutos para pagar las cervezas, hasta que nos cansamos y nos vamos sin pagar. Nunca más.