Lo encontré de casualidad, buscando algo a la desesperada donde comer sola y rápido, pero bien. Y salí encantada. De hecho estoy segura de volver! pero procuraré que sea acompañada, que es como más se disfrutan los descubrimientos. Es un local moderno, sencillo, pequeño pero diáfano, atendido por orientales y con hilo musical también oriental. Atienden rápido y bien. Un aperitivo para empezar, y luego puedes pedir de carta o elegir el menú. Coincidió que elegí dos cosas de carta que incluía también el menú, así que me aplicaron precio de menú. Por 10 € dim sum variado, Kaeng kari, bebida y helado o café. Buenísimo todo! pero de verdad :) Reparten a domicilio pero por desgracia sólo dentro de la M30…