Hay que disfrutar de su generosa oferta de helados, desde los sabores más clásicos a las tentaciones más novedosas. En mi opinión, el mejor referente en su género por esta zona. Un buen plan consistiría en dedicar un momento a dejarse seducir por alguna de sus tentaciones y disfrutarlo por el cercano Madrid Río. Su terraza está muy concurrida y es difícil hacerse sitio. Estar pegado al tráfico tampoco resulta tentador, las cosas como son. Pero eso no impide de disfrutar de un rico helado a lo largo de todo el año.