Unos de los dependientes, no estoy segura si es el dueño o no, es un chico joven, moreno, muy simpático, dispuesto y siempre que lo ves tiene una actitud positiva, transmite buen rollo… que conste que no es amor, todavía. Ahora en serio, el trato es muy bueno y el sitio es ideal para ir de tapas. Toda la comida es muy casera, tienen mucho marisquito y arroces muy conseguidos. Las gambas, el pulpo y las almejas están ricas.