Tommy Mel’s

Desde que se pusieron de moda los Tommy Mel’s me resistía a probarlo porque la estética del local no me convencía y lo consideraba una copia de sitios similares. Tras probarlo en Isla Azul, repito!
Camareros majísimos, no hubo largas esperas y la comida increíble. Los sabores más caseros que puedes probar en una cadena de este tipo y una experiencia muy agradable.
La configuración de las mesas no da para conversaciones muy privadas así que lo recomiendo para celebraciones o comidas distendidas.

Este Tommy Mel’s en Isla Azul es agradable, no suele llenarse de gente y los camarer@s son muy simpátic@s. Las hamburguesas no son nada del otro mundo, pero son aceptables por tamaño y sabor. Eso sí, las sirven sin ningún side. Recientemente han cambiado el pan y ahora sabe mejor, detalle que se agradece.

Me han hecho fan con una sola visita con un precio bastante ajustado y una calidad más que aceptable en sus productos. La decoración te lleva a los locales de los años 50 y 60 en EEUU, esos que tantas veces hemos podido ver en las películas yankis. Los camareros son amables y te atienden con una sonrisa, lo que es de agradecer. Quizá su carta peca de simple, pero al fin y al cabo si quieres comida rápida ¿qué mejor que la clásica hamburguesa?.
Ahora tienen un menú a mediodía que tiene una buena relación precio/​cantidad. Los platos quizás no son exactamente como si los pides en carta pero es una buena opción para una comida rápida.

Soy fan de Tommy Mel’s desde que abrieron su primer restaurante en Madrid, porque era diferente y original, con su aspecto de diner americano que no era común en esta ciudad; aunque ahora mismo están abriendo franquicias en montones de centros comerciales como por ejemplo este en Islazul.
Sueles tener que esperar algo de cola para acceder a una mesa, aunque las esperas no son demasiado largas. La atención es muy amable y la decoración llena de luces de néón, el atuendo de los camareros y la música te dan la impresión de estar en una película americana ambientada en los 60.
Y entrando materia…¡la comida! La carta es corta pero efectiva, tienes para elegir hamburguesas, perritos, sandwiches y ensaladas.
Los side orders están buenos sin llegar a ser espectaculares. Probamos los nachos que están bastante bien, y las patatas con bacon que la verdad no dicen mucho (el bacon está carbonizado, lo que no deja de ser curioso).
Pero bueno, hemos venido por las hamburguesas hechas a la parrilla con carbón, y desde luego son unas de las mejores de Madrid. La carne es súper jugosa, el pan esta muy bueno y en general todas las que he probado me han gustado. Además puedes elegir entre dos tamaños diferentes 160 o 250 grs que en el caso de la Heart Break Hotel puede llegar a los 500 grs ya que le ponen el doble de todo incluida la carne. El único punto negativo es que la hamburguesa viene sin patatas…
Por ultimo y no menos importante los deliciosos postres. He de decir que normalmente no los tomo así que es buena señal que aquí si lo haga. Mi favorito es el Banana Split, pero todos los que he tomado están buenísimos, sobre todo las tartas y los batidos.
Y por último para los que les quede algo de hueco después de este hartón a comer hay cócteles con o sin alcohol, que a pesar de no haberlos probado, hay que decir que tienen un aspecto impresionante.