Yo vine, en plan rata, a comprarme un trozo de tela para cubrir el sofá. Le dije: la más barata que tengas. La chica me lo advirtió: la más barata no te servirá, es demasiado fina. Cuando vi la tela me di cuenta de que ella tenía razón: era casi trasparente. Así que la chica me guió por entre los rollos y me enseñó lo que, tal vez, se ajustaría a mis deseos: una tela algo gruesa, disponible en varios colores, a 7 euros el metro. Me gustó. Tengo pendiente tomar las medidas del sofá y volver. Lo haré pronto.