Taxi a Manhattan

Lo mejor sin duda: la decoración del restaurante y el trato de los camareros.
Pero la comida, que es realmente lo que debería destacar, no me llamo mucho la atención. Fui con una persona que ya había estado antes y me comentó que habían cambiado la carta, y según su opinión, a peor. Que en un restaurante de este tipo solo tengan en carta una hamburguesa es decepcionante. La pedí, y aunque la carne estaba buena, el pan vino mojado y se rompía. Mi acompañante pidió el rissoto de pulpo que a mi personalmente no me convenció.
Mi valoración final es que para ir de cañas y pedir algunos entrantes puede estar bien (tiene una buena terraza) pero para cenar es un sitio sin nada en especial.

El restaurante al uso de la América del siglo XX
Lo mejor: simpatía de los camareros y la decoración
Reseña basada en mi primera visita:
Lo que más destaca del sitio es, sin lugar a dudas, su decoración. Está ambientada en los restaurantes de Estados Unidos del segundo tercio del siglo pasado, pero combinando elementos vintage con retro. Es muy acogedor y el postureo es máximo. Además, tiene una terraza con una bonita decoración y cierra tarde (perfecta para unos cócteles veraniegos).
Así mismo, no es el típico restaurante americano que entra en el topicazo de la decoración de Grease, sino que es realmente la decoración más habitual que vestían los restaurantes de la época (por lo que sé de las películas de gangsters, vaya… jajajaja).
En cuanto al trato de personal es impresionante. Entra de lleno en el top de sitios que mejor me han tratado. MUY agradables, divertidos y modelan su comportamiento a tu forma de ser. Aunque la clientela es algo «pijilla», son muy cercanos y transmiten confianza.
Vayamos con el plato fuerte… ¡La comida!: MUY buena. Aunque le falta la clásica carta extensa de tipos de hamburguesa (de hecho creo que sólo tienen una), lo suplen con una variedad de platos y vinos extensa y una calidad alta. Tienen vinos locales (Madrid, Rioja, Ribera del Duero, etc.) y se pueden pedir botellas por menos de 20 € o copas desde 3,50 €.
La calidad de la comida es muy buena. Logran sabores y texturas magníficos al combinar ingredientes y plantos americanos, mejicanos, cubanos y españoles. Recomiendo la hamburguesa y el sándwich cubano (en este ponen rodajas de plátano frito en lugar de patatas fritas). La carne de la hamburguesa se mantenía estable y se deshacía en la boca… ¡Magnífico!
Tal vez, el único «pero» (por sacar alguno) sea la mala utilización de la trufa. Se ha puesto de moda que los restaurantes incorporen algún plato trufado, pero dicho plato no debería saber a este hongo. Se trata de un ingrediente natural para potenciar el sabor, no para que sepa a trufa (con ese sabor parecido al olor aditivo del gas butano y que, personalmente, tanto me repite durante horas). Es decir, un jamón ibérico puro acompañado de inapreciables raspaduras de trufa y un buen tinto es un placer para el paladar, pero el sabor lo tiene que dar el jamón, que será potenciado de forma natural. A modo de ejemplo, el laurel actúa de estabilizador, pero no creo que nadie se coma las hojas de laurel por su sabor. Con esto me refiero al entrante «huevos trufados con patatas paja y virutas de ibérico» que tienen en la carta. Por mucho que me duela por su alta calidad y cariño de pase con el que fue preparado el plato, tengo que ser sincero y decir que es mejorable.
Salvo por este «pero» que, desde luego, es una opinión personal, la comida es exquisita. ¡Enhorabuena!
En conclusión, es un buen restaurante para llevar a tu amigo que viene de visita a Madrid y quieras disfrutar de cómo goza con los comentarios y «likes» de sus amigos de Instagram por las fotos que ha subido de sus cenas en la Capital (como ya he dicho, el postureo es máximo). Además de que se come MUY bien: D

El lugar es agradable, la decoración es muy cool y el espacio es muy amplio. Hasta aquí las ventajas del sitio.
La comida es un poco lo que se repite hasta la saciedad en los restaurantes de Madrid. Calidad justa y precio elevado para lo que es.
El servicio es aparte. Las dos veces que he estado (una fue en terraza tomando una copa) no es agradable y parecen descuidados. La ultima vez estaban jugando dos camareros a tirarse agua en la terraza. Desde luego muy profesional no me parece.

I went to this place when they first opened last year and the food was very disappointing and so was the service. We came back again this weekend forba birthday celebration and I was surprised when I saw the menu had changed and there was more variety to choose. The food was decent now, being the octopus risotto the star of the menu, although they have fallen into the unoriginality of all the «modern» restaurants in Madrid too: tuna tartar, steak tartar, ceviche ans the lot. The goats cheese lollypops were too strong and accompanied by ketchup. Nothing very New York in the menu, except for a burguer and a couple of sandwiches with american names. Needless to mention the omnipresent cheesecake. The brownie was very dry as well. All this would have been passable if the bill wouldnt have been almost 30 € per head. Not worthy the price at all and the service was terrible too. We had to keep on reminding them to bring the beers ans the waiters seemed busier playing and joking amongst themselves than serving the tables. Also at the booking time, as we were a party of 14, my friend was enquired about the tyoe of party and warned about certain rukes of behaviour (no fancy dress, no noise…), really?
As a positive comment I will say the deco is very nice, although nothing different from the thousand of other new places neobistro in Madrid.
If you eant to go there, do so for a drink. They have a good selection of whiskys, rums and gins, but the non alcoholic cocktails are not good at all.

Llevaba ya tiempo con ganas de volver desde el evento de Unilocal que tuvimos. Después de varios intentos, por fin pude ir con la familia.
No se si es que lo recordaba mejor o que la calidad del evento a un día normal varía… La cuestión es que nos decepcionó bastante.
Pedimos tempura, tacos, huevos rotos, croquetas, arroz nasi goreng y sándwich de pastrami. Lo único que me gustó realmente y que mantenía los estándares de calidad que yo recordaba fueron los huevos y el sándwich, muy recomendables. El arroz terrible, nunca he comido un nasi goreng con tomate y tanto sabor a apio. Lo que más me decepcionó. Los tacos estaban secos y poco sabrosos.
En cuanto a los postres, el brownie para mi gusto no estaba mal, pero no creo que fuera casero. Pedimos una cheese cake que también me dejó fría.
El café muy rico, que no siempre es así en Madrid. Y desde luego la atención del personal de 10. Siempre están atentos a ver si te falta algo. Por ejemplo la ración de tacos era de 4 y como éramos 5 nos pidió otro para que no tuviéramos que compartir.
El sitio está genial, pero la calidad de la comida no es como recordaba. Puede que repitamos para comprobar que no si no tuvieron un buen día, a cualquiera le puede pasar. Pero desde luego que a día de hoy no será mi primera opción.

Otra más que tras el eventazo de septiembre no dudó en volver, de momento en dos ocasiones, una para comer y otra para tomar cañas, que no tiene tanto interés.
En ambas el día no acompañaba para disfrutar de su terraza, impresionante, pero el local es genial por lo que dentro estamos muy bien.
Pedimos para compartir croquetas de jamón y spring rolls (pato, noodles y verduras salteadas con salsa sweet chili), los rollitos estaban bien pero es que lo de las croquetas era im-​pre-​sio-​nan-​te.
Yo tenía claro qué iba a pedir y mis acompañantes se vieron convencidos por la falta de duda en mí: presa ibérica. A todos nos maravilló.
La experiencia no terminó con dulce, pero sí se vio regada de dos rondas de cañas, resultando 25 € por persona.

Me da pena no poner 5 estrellas a este restaurante porque la verdad que comimos muy bien.
Pero tuvimos un fallo, y fue ir a comer de raciones. Pedimos: una de croquetas de jamón ibérico, una de tacos de pollo, una de chicken wings deshuesadas con pico de gallo y mango y una ensalada cesar «Taxi» para los 3 que éramos y aunque pueda parecer mucha comida no lo fue.
Las raciones están muy ricas pero son bastante escasas.
Cabe destacar que es obligatorio pedirse las Chicken wings deshuesadas con pico de gallo y mango, porque aquello estaba delicioso y no las había comido tan ricas en mi vida.
Por otra parte, dado que nos quedamos con un poco de hambre atacamos a los postres, cosa que no suelo hacer, uno por guardar la línea y dos porque suelo acabar lo suficiente lleno como para no necesitar seguir comiendo.
Aunque había algunos postres que no quedaban cuando pedimos (me quedé con ganas de pedir el chocotaxi a manhattan), nos decantamos por la tarta de queso y el «Crumble» La Gran Manzana” con mouse de ron, que estaban verdaderamente buenos.
Toda la cena, tocamos a unos 20 € por cabeza, que de precio está bien, pero no comimos tanto como me hubiera gustado.
Así que tendré que volver y pedirme un sándwich de pastrami casero, que tengo antojo jeje.

Hacía tiempo que tenía curiosidad por probar este restaurante, dado su éxito general entre conocidos y extraños, con lo que quedamos con unos amigos para comprobar si su fama es merecida.
El local me gustó bastante por su amplitud y disposición, con una decoración original con referencias a la Gran Manzana, néón sobre ladrillo y cocina vista. La carta se divide en los diferentes barrios neoyorquinos y según el tipo de cocina: oriental-​italiana-​americana.
Pedimos los famosos chupa-​chups de queso de cabra (casi todas las mesas optaron por lo mismo), que estaban bastante buenos, aunque el mío aún estaba un poco frío por dentro. Mi elección fue el sandwich cubano, que llevaba una salsa chipotle deliciosa y menos picante que otras que he probado. Me gustó más de lo que esperaba, tengo que decir. Volvimos a compartir un brownie bastante decente como fin de una cena más que agradable.
Me parece un buen sitio para ir con amigos de gustos diversos, porque se adapta bien a las distintas preferencias de cada uno y todo parece bastante bueno. El precio es justo y el restaurante es cómodo, bonito y amplio. Muy bien.

Tras aquel evento de Unilocal de hace un tiempo nos prometimos que volveríamos para probar su carta normal, y aprovechando que estos días ando por la zona hemos ido a comer a ver qué se respiraba. Para empezar, llenazo total, hemos tenido que esperar a que se levantaran un par de mesas y nos prepararan la nuestra para sentarnos.
El servicio, magnífico: muy agradables y serviciales, nos han traído la comida rápidamente… Muy bien.
En cuanto a la comida en sí: hemos compartido una pata de pulpo a la plancha sobre patatas cocidas con mojo; estaba muy buena, pero confieso que la he encontrado escasita. De platos principales hemos comido una hamburguesa de ternera bastante maja, aunque también algo pequeña para las salvajadas que habitúo, y la presa ibérica marinada en teriyaki, que estaba buenísima. De postre, la crema de frutos rojos, que más bien son frutos rojos con crema y helado de violeta, muy rico.
La experiencia general ha sido muy buena y es muy buen sitio para repetir si te pilla por la zona, aunque las cantidades son algo escasas para el precio final, al menos comparadas con las de algún restaurante de autor cercano donde comimos ayer y encima fue algo más barato. Creo que esto podría mejorarse, pero es una sugerencia, no una queja.
Ah, y tienen un menú con diversas opciones por 13 € con postre y café que probablemente sea caballo ganador, normal que estuviese hasta arriba.

Nueva carta en el taxi a Manhattan esta vez separada por barrios de Nueva York.
Empezamos con una MiniPitas de atún que están muy buena aunque la salsa mata un poco el sabor del atún.
Para seguir compartiendo unos dados de buey con queso gorgonzola, patata y algo caramelizado que no sabemos que es, una fruta casi seguro. La explosión de sabores en la boca es genial y se distinguen muy bien. Probarlo que os gustara.
Y para terminar los plato un sándwich de pastrami con queso, mermelada entre otras cosas y la primera impresión visual es BESTIAL. Una buena opción y yo recomiendo también para compartir. Podéis ver la foto para ver lo grande que es.
El postre lo dejamos para la siguiente que estamos llenos.
Un sitio que no debes dejar de visitar mas de una vez y de dos veces.

Conocíà la parte de la terraza (cerca de Orense) por unas cañitas con los compañeros de trabajo. Pero en esta ocasión, me llevó Cristina BN, a cenar.
Se me iban los ojos por todo el local por la decoración tan original y lo cuidados que están los ambientes. Muy conseguido.
De entrante pedimos unos huevos rotos con patatas paja… Cómo describiros el inmenso placer al probar este plato. Cuestan unos 10 € pero os prometo que merece la pena pagarlo. No soy experta en temas gastronómicos, pero sí en estómago, y el sabor me pareció realmente espectacular.
Mi querida colega se pidió el plato estrella: la presa. Qué tonta fui al pedirme la ensalada (eh, es que yo estaba de dieta!). El sabor de la carne, su punto de cocción, la textura… una locura.
Y el brownie de postre, de aplauso. Nunca había probado un brownie así, de verdad. Con su helado de turrón, cuando habitualmente lo comemos con vainilla.
Lo malo es que, claro, todo esto se paga y salimos a unos 27 € por cabeza. Así que, para economías modestas, lo recomendaría para situaciones un poco especiales. Pero yo, sin ninguna duda (y en cuanto ahorre un poco: P), vuelvo fijo!

Tras una regular experiencia hace unas semanas, le dimos una segunda oportunidad a Taxi a Manhattan y la verdad es que mereció mucho la pena, el sitio es muy bonito y el maître nos trató de lujo.
La hamburguesa es muy sabrosa, y qué decir de la presentación de los platos, muy original y cuidada.
Sin duda lo recomiendo

Descubrí este lugar la última vez que estuve en Madrid y creo que volveré, una cena con dos grandes en un sitio que me trasladó a New York pero con un toque tambi´né español.
Me habían hablado de él y teníamos muchas ganas de probarlo, así que no dudamos en ir a por él y sumergirnos dentro de una carta que te invita a probarlo todo y no saber que escoger.
Una carta extensa en la que nosotras nos decantamos por los entrantes para compartir ya que no pudimos seguir porque nos gustaba todo.
Si vais a Madrid no olvidéis pedir un TAXI A MANHATTAN y disfrutar de este sitio.

Tenia tantas ganas de conocer la comida de este lugar y después del evento de Unilocal mas, así que ayer estaban unas amigas de Tenerife aquí y creí que era un buen lugar para llevarla.
Gracias a la buena noche que hacia nos sentamos en la terraza, al ser Lunes no había mucha gente como es lo habitual en este lugar, desde la entrada ya el camarero que me atendió fue lo mas, muy atento y con una gracia andaluza genial.
Al llegar mis amigas, nos dieron la carta y ahí empezó el problema todo lo que leíamos nos gustaba, finalmente nos centramos y pedimos como para picar y así poder probar varias cosas, chupa chups de queso de cabra con una salsita de tomate que estaban que te dejan sin habla, una croquetas de arroz de pizza las pedimos por ver que era ya que no entendíamos mucho y cuando le dimos el primer mordisco las croquetas sabían a pizza totalmente, unos espárragos en tempura, la presa ibérica y como broche final el cheesecake, todo absolutamente todo lo que comimos estaba muy pero que muy bueno, se nota que la materia prima usada es excelente y la elaboración se hace con mucha dedicación.
Ese día también probamos los cócteles que si lo que quieres es ir a tomar algo los cócteles son una buena elección.
El precio esa noche fueron 75,00 € tres personas. con toda la comida, 5 cervezas, 1 agua, 1 coca cola y 2 cócteles.
Lo recomendaría y repetiría mil veces.

Después del evento Unilocal que celebramos en Taxi a Manhattan para celebrar la llegada del otoño (¡cualquier excusa es buena!), Álex G. y yo nos quedamos con ganas de volver y probar su carta. El domingo pasado, por fin encontramos un hueco y nos decidimos.
Si vas en plena hora punta, ¡reserva! Nosotros fuimos bastante pronto y el restaurante no tardó en llenarse. La decoración llama la atención desde que uno baja sus escaleras. También se puede almorzar en la terraza, pero la decoración mola tanto que preferimos entrar.
La carta no es demasiado larga pero sí muy completa, perfecta para volver un par de veces. Como queríamos probar un poco de todo, pedimos: alitas de pollo deshuesadas, ensalada con queso manchego, arroz con ibéricos y presa ibérica (probablemente, el mejor plato del restaurante y una de las mejores presas de Madrid). Todo está delicioso y muy bien presentado, pero el arroz con ibéricos me resultó un poco salado. De postre, coulant y crumble de manzana. En el evento también probamos el brownie con M&Ms, que a mí me encantó pero a Álex G. (que es un purista de los brownies) le pareció demasiado cremoso (literalmente, «¡un brownie no puede ser cremoso!»). Los precios son elevados, pero asequibles hasta cierto punto, perfecto para esos días en los que uno quiere darse un pequeño homenaje.
La carta de vinos también es bastante completa, pero resulta un poco cara y sus camareros no saben aconsejarte sobre ella, algo que se echa en falta.
En resumen, un lugar perfecto al que llevar a comer a alguien a quien quieras impresionar, para darte un homenaje, para almorzar o cenar por Nuevos Ministerios…

Tengo un par de amigos que me hablaron del sitio y no pudimos resistirnos una noche de chicas a pasar por Taxi a Manhathan.
De primeras…¡pero qué mono todo! La decoración desde el luminoso gigante de la entrada (donde pone TAXI) hasta cada uno de los rincones del interior, la cocina abierta rollo americana y la indumentaria de los camareros es fantástica.
Cuando nos dieron la carta, sinceramente, quería probar todo pero ni llevaba suficiente dinero ni hambre. Me tocará volver :) Nosotras optamos por los entrantes. Claro, para tres chicas, monísimas y preocupadas por la línea fue suficiente aunque entendería que alguien se quedará con hambre.
Os recomiendo:
— las bravas, porque la presentación nos pareció curiosa y estaban riquísimas
— los huevos trufados con patatas paja y virutas de jamón ibérico
— los maki-​sushis «made in Spain», yo no soy mucho de sushi pero si le ponen el toque español me convence un pelín más. Muy ricos!
Lo único que me desilusionó y no me convenció fue el postre. El brownie no era tan espectacular ni estaba a la altura de la presentación que habíamos visto del resto de platos. ¡Ah! Y una pena que no tengan Mahou… :(
El servicio está guay :)

Conocí este sitio en un evento de Unilocal y como me gustó lo que vi me decidí a acudir a comer y probar su menú del día.
Fuimos una compañera de trabajo y yo y pedimos la ensalada para ella y yo unas gyozas como primer plato y coincidimos los dos en el pollo al curri de segundo. La salsa que venía con las gyozas era de mayonesa con soja y estaba riquísima. La ración de pollo venía en una ollita con un mini cucharón de servir que me pareció super original como presentación y que contenía una ración más que adecuada. Para terminar café o infusión y todo ello por 12 euros. El trato super amable. Sólo le pongo la pega de que no incluya postre en el menú aunque fuera una pequeña ración. Pero bueno por aquello de la línea curva ¡siempre acabo no pidiendo postre!

Lovely place, albeit a bit hard to find if you’re unfamiliar with the Chamartin-​Chamberi districts. The interior ambiance is a bit dark, which helps accentuate the 1960’s-America/modern-industrial décor: neon on the brick walls, exposed vent system fixed to a very high ceiling, and black iron supports all call to mind a NYC taxi hub warehouse, where instead of an exposed mechanic’s station the kitchen is open to public view, behind a wide series of plate-​glass windows.
The wait staff was attentive and hustling. We never wanted for drinks and our food was delivered on time and ready-​to-​eat. «Prensa iberico» is a loin dish that this place does especially well. Comes with a specie of pineapple chutney and rough-​grated Italian cheese sprinkled over the meat. We were super-​impressed with that!
If you are looking for an upper-​scale-​but-​too-​ritzy place for a special dinner, let this place rank as a strong candidate.

Un sitio monísimo ya desde fuera con todo ese verde y ese estar situado en un edificio bajito en medio de tanta gran construcción financiera. Camareros amables, una frase en la puerta que habla de sentirse bien ante un nuevo amanecer tal y como cantaba Nina Simone en I’m Feeling Good, un cartel de bombillas que sé que son lo último en tendencias y que empiezo a ver en varios sitios ya.
Las tres veces que he ido me han gustado las posibilidades de su carta y la comida que nos han servido. Destaco las croquetas, el jarrete y la presa ibérica presentada como un tataki. Los niguiris a la española también me gustan por curiosos y por sabor.
La terraza es un espacio fantástico para esos días de primavera otoño en los que quedarse fuera y comer tan ricamente. Un sitio muy grande y espacioso con una comida efectiva y un punto original. Una modernización necesaria en una zona en la que no hay mucho restaurante. De momento, todo bien.

Muy bonita presentación pero toda la comida estaba salada. Si me cobras ¹³⁄₁₄ euros por un arroz o unos noodles no eches pastillas de caldo como si no hubiese un mañana.
Bastante decepcionante.

Pues voy a ser la nota discordante porque no me gustó tanto como pensaba :(
La decoración estbaa bien pero tardaron un montón en atendernos (nos dió tiempo a hacer la digestión entre cada uno de los platos).
Lo primero es decir que no recomiendo pedir entrantes, la relación cantidad-​precio es de broma. Los platos principales son caros pero no están mal. El lomo estaba impresionante, eso sí, el arroz estilo chinatown era muy «normal», vamos, que mi rissoto es mejor y no soy cocinillas.
Los postres bien, el brownie y el coulant estaban muy buenos.
Seguro que vuelvo porque no quiero quedarme con la sensación de ser la única a la que no le ha gustado, pero vamos, decepcionante :(

Llevaba bastante tiempo oyendo toda clase de historias sobre Taxi a Manhattan y la verdad es que me moría por probarlo, sobre todo después de ver algunas de las fotos que han subido otros Unilocalers. ¡Por favor! ¡Pero qué mono todo! Obviamente, no podía perdérmelo. Pero claro, esta no es una zona por la que yo vaya muy a menudo. Soy tan pobre que el distrito financiero me da miedo.
Pues no hay nada que temer, porque como siempre, las apariencias engañan. Cuando llegamos al local, alucinamos: es un sitio enorme, espaciosísimo y maravilloso. Perfectamente decorado, con todos los detalles y todas esas cosas que te hacen pensar en que la carta va a estar llena de rejones monetarios a más no poder.
Pues nada más lejos de la realidad: aunque pedimos menú del día, por unos doce euros, creo recordar, no pude resistirme y eché un vistazo a la carta. Y oye, los precios son de lo más adecuado teniendo en cuenta el sitio, su ubicación y el tipo de carta que tienen.
El menú del día, la verdad es que es de impresión: es abundante y la comida está riquísima, y además tiene opciones para todos los gustos. Yo comí alcachofas al carbón (que eran una delicia) y jarrete de ternera, que era una especie de carne guisada de ternera con puré de patata y sal maldon que me dejó con un sabor de boca absolutamente impresionante. ¡Deliciosa!
Solo decir que el menú no incluye postre, pero pedimos un brownie y estaba riquísimo. Eso sí, era bien contundente.
El servicio fenomenal. El vino fenomenal. La decoración fenomenal. El precio de lo más asequible. ¿Qué más se puede pedir?