Buen ambiente local acogedor, tome unas alcachofas que la verdad estaba muy ricas, además de un servicio muy bueno, encantadores, atentos. Sin duda vendré bastante
Penny C.
Classificação do local: 3 Madrid
La última vez que fui me costó un montón que me cogieran el teléfono para reservar. Cuando lo conseguí me dijeron que habían cambiado la gerencia pero que el restaurante seguía igual. Bueno cuando fui vi que el chef de siempre, pelirrojo, ya no estaba, la carta la mantenían, pero no me gustó tanto como antes. Además no paraban de conectar el aire acondicionado a pesar de que era diciembre. Se lo tuvimos que pedir 3 veces. No sé que pensar, espero que fuera que llevaban poco tiempo con el restaurante, pero me d mucha pena que no sea como el de antes,
Maricarmen G.
Classificação do local: 5 Madrid
Lo conocí por un evento de Unilocal,y me apunté varias cosas en el «haber», que ya puedo cambiar de columna! Fuimos a comer un domingo y por si acaso, llamamos para reservar(con ese nombre no te la puedes jugar!), el propio Alex, su dueño, me hizo la reserva. Han renovado varias cosas de su carta, pero conservan su pollo frito mejorado ahora con una salsa agridulce muy rica, croquetas de huevos fritos con chorizo,(no se pueden describir, hay que probarlas!!), una ensalada de espinacas con queso de cabra crujiente, sí crujiente! Y de postre, una torrija de brioche, que en cada bocado, la experiencia se asemeja, a otra física, conocida por la mayoría de los humanos y no exactamente religiosa: sublime!!, fueron nuestro selectivo menú del día.(Ojalá todas las experiencias físicas a las que hago mención, fueran así, el mundo sería un lugar mejor!!). El sitio es muy lugar acogedor, sobre todo por la iluminación: velas encendidas por doquier. Debo destacar especialmente, la amabilidad, tanto del camarero, como del cocinero, que vino a preguntarnos que tal estaba todo, y no era otro, que el mismo Alex, que ahora está en la cocina. Indudablemente, la calidad y originalidad de los platos me hará volver. Desde ahora fan, fan, fan de esta«Lata de sardinas»!!
Hugo G.
Classificação do local: 3 Madrid
Como su propio nombre indica, los días que tiene mayor afluencia de público puedes sentirte como uno de estos pececillos en aceite; pero he de reconocer que el sitio es muy cuco y acogedor. Su oferta de vinos es bastante aceptable, aunque a mí lo que me gusta de verdad es la cerveza, la cual no me parece nada caro(para lo que te puedes encontrar por ahí en locales por el estilo). Peor si hay algo que me gustó de verdad es la comida. Con una variedad bastante original, me hice fan, bueno, fue amor a primera vista, del salmón con mango, presentado en una lata, como no podía ser menos y acompañado por unos totopos(nachos, pero de verdad), digno de probar. Ya, de los postres, los sobaos emborrachados con crema de orujo y fritos me parecieron el broche final perfecto para una cena casual, pero muy interesante. Sin duda, un local para ir y quedarse y totalmente recomendado.
Raquel T.
Classificação do local: 4 Madrid
La lata de sardinas como su propio nombre indica es una taberna, restaurante pequeñito y muy coqueto, decorado con todo tipo de «retromoderneces»(como las llamo yo) situado en el barrio de Malasaña en Madrid. Pasaba por allí con unos amigos y nos decidimos a tomar algo y a probar la comida de este sitio del que había oído tanto hablar últimamente a mi alrededor. La carta no es muy extensa, pero no os engañéis que a veces es preferible que sea corta y buena que no páginas y páginas de platos sin nada en especial. Tengo que destacar la amabilidad del camarero y lo bien aconsejados que estuvimos en todo momento. Mientras esperábamos a una amiga comenzamos la cena con una botella de vino Rivera del Duero tempranillo«Campos Góticos» que estaba realmente bueno y que hay que tomarlo sin prisas y dejando que se oxigene para disfrutar bien de la experiencia de saborear un buen vino sin aditivos. Acompañando el vino con una sobrasada espectacular por cortesía de la casa, detalle que a mi me llega. El festín: Tartar de salmón y mango, pollo crunchy y hamburguesa de buey, todo buenísimo pero tengo que destacar lo exquisita que estaba la carne de la hamburguesa. Estoy segura que volver vuelvo.
Lolo R.
Classificação do local: 4 Madrid
Uno más para el Conde Duque, que últimamente parece que no pasa un solo mes sin que haya novedades en el barrio. Y novedades de las buenas, como es el caso de este enanísimo(pero encantador) local. De ahí que su nombre le venga al pelo, porque el sitio es literalmente como una lata de sardinas. Llegamos dos, un viernes, a cenar. El lugar estaba de bote en bote, y nosotros íbamos sin reserva. Pero como somos muy majos y cabemos en cualquier sitio, nos acodamos en la barra y le echamos un vistazo a la carta al tiempo que nos pimplábamos un vino, que la verdad es que estaba muy rico. Para empezar, hubo un ítem en la carta que nos llamó poderosamente la atención: la gyozas con salsa brava. Desafortunadamente, suenan mejor de lo que saben: la salsa brava era quizá algo escasa, y la gyoza no terminaba de estar bien cocida, así que decepcionaron un poco. También pedimos un pan hindú con una mantequilla que estaba espectacular… que menos mal que estaba, porque el pan en sí era un poco sosete. Después, un plato cada uno: el pollo frito estaba increíble, riquísimo, crujiente y muy sabroso. Sin duda, de ir hoy, volvería a pedirlo. El fish and chips me gustó mucho en concepto, y también en sabor. Así que mi recomendación va más para los platos principales que para los entrantes, que no me terminaron de hacer mucho tilín. Eso sí, deja sitio para el postre, porque la cheesecake de Idiazábal con higos y fruta de la pasión está como para comprarle un piso en la playa y llevártela allí a vivir. De precio no es excesivamente caro(teniendo en cuenta que pedimos cuatro platos, un postre y cuatro copas de vino) y el ambiente es muy bueno. Pero si hay algo que destacar, eso son los camareros: dos tipos simpáticos, agradecidos y la mar de agradables, que es algo que siempre hay que valorar muy positivamente. No en vano, creo que están relacionados con una de mis tiendas favoritas en Madrid, que también destaca precisamente por tener un trato al cliente de escándalo: Rughara.