La verdad es que esta taberna es muy pintoresca, ya que la tienen decorada con muchos motivos taurinos, y el típico baldosín andaluz. ES bastante grande, y siempre suele estar llena de gente, llama la atención que siempre está muy limpia y muy cuidad, es una maravilla. Además, sentarte a tomar una caña, supone, que va a ir acompañada de una tapita aveces más generosa que otras, pero que siempre va con algo. El otro día me pusieron unas rabas de calamar que estaban bien ricas. Aparte de la caña, también da desayunos y meriendas, y por dos euros puedes pedir un café y un sandwich mixto, o por tres un café, con una barrita con tomate y jamón, muy ricas. Por cierto, cierran los domingos por descanso del personal, pero abren el resto de la semana.