Este sitio, que más de una vez me ha salvado la cena, tiene unas pizzas que calificaré como correctas(ni fu ni fa, están buenas y ya está) pero eso sí, para su precio… Son grandes. Siempre que entro hay una única mesa ocupada por gente que parece ser muy de confianza de los dueños y es que supongo que la mayoría de sus clientes hacen como yo: llevársela a casa; así que no os puedo dar una opinión de la experiencia en el local, solo puedo decir que cuando hemos ido a recoger o a pedir, la mujer de la caja me ha resultado bastante agradable. Como toda pizzería, tienen menús(el de dos personas por 15 euros no tiene mala pinta) y bastantes más aperitivos muy míticos de estos sitios como patatas gajo o nuggets… Cosas de ese tipo. En general está bien y es el típico salvavidas de una noche de hacer el vago en plan extremo, porque en esta calle no hay mucho más con lo que llenar el buche.