Es el típico bar de copas de barrio con su barra acolchada en los laterales, sus banquetas altas y mesitas bajas con taburetes y sillas… invita a charlar mientra te tomas una copita en un ambiente íntimo y relajado. Tienen como especialidades el café irlandés y las ginebras de importación. En la calle tienen el detalle de poner una mesa para quien quiera salir a fumarse un cigarrillo, o un puro. Sólo he ido una vez, pero si fuera cincuenton divorciado no dudaría en ir a menudo a este bar por el tipo de ambiente que hay. El dueño es un señor muy amable y me atendió fenomenal cuando estuve allí.