Necesitaba una persiana para mi habitación y quería algo muy específico. No podía dejar pasar nada de luz, tenía que tener un color discreto y además no debía sobresalir mucho porque delante iban puestos unos visillos(decoración de la casa de mi madre). Me ofrecieron una especie de estor que iba recogido como una persiana veneciana, por lo que no tenía huecos, sino que era una tela continua. Además esta tela era totalmente opaca, a mí me dio la sensación de que era un poco metálica. Les di la medida y el color elegido y en una semana la tuvieron lista. El precio, evidentemente más caro que las que fabrican en serie y puedes encontrar en Leroy o Ikea. Pero el formato y la calidad eran propios de una persiana de un local especializado. El montaje fue muy sencillo, fueron mis dos primeros taladros y mi inmersión en el mundo del bricolaje.