Perrachica

Estuve con amigas por la tarde en el patio de fuera. Todo muy bonito puesto. Sin embargo, la carta de meriendas es muy escueta (la cocina abre a las 20:30, señores) y lo peor es que los camareros son lentisimos. Parecía como si hubieran decidido no atendernos. Después de llamarles varias veces e ir dentro a preguntar («ahora va alguien a atenderos») tuve que ir a buscar a un camarero e impedirle literalmente irse sin pasar por nuestra mesa. Si nos hubiéramos ido sin pagar no se habrían dado cuenta.
La comida estaba buena pero no tanto como para que me den ganas de volver.

Perrachica es sin duda un restaurante de moda en la capital que se debe visitar, pero trataré de explicar mi valoración media. El lugar es espectacular, la verdad, muy amplio, bonito, genial decorado, y con múltiples ambientes, desde una terraza exterior, una terraza interior, diferentes estancias dentro, sillones, mesas para grupos elevados, y hasta una barra central cuadrada. La atención de la recepción, y del servicio, también muy buena. Y por último, el precio, realmente asequible, alrededor de los 20 – 25 € por persona.
Sin embargo, tiene sus puntos negativos; el sitio es tan grande, con tantas mesas, que cuando está lleno como me sucedió, la cocina puede atascarse, o sacar los platos algo fríos o con algún fallo en su presentación como me ocurrió. O pueden tardar mucho con algún plato, como me pasó a mi para pedir el postre o para recibir la cuenta.
Por otro lado, pueden cometer equivocaciones como contarme algo en la cuenta que no me han traído, o reclamarle, educadamente, que tengo que dejar la mesa porque tenían la mesa reservada (cosa que me dijeron a la hora de la reserva), pero deberían informarse antes que no lo había hecho porque llevaba esperando el postre y la cuenta un buen rato.
La calidad de la comida me pareció media, huevo poche, croqueta de rabo de toro (muy buenas), pizza de mortadela y trufa, y una burger especial.
Pero tras todo, recomiendo el sitio sin duda por el ambiente, porque es muy bonito, y porque al fin al cabo, la relación calidad-​precio es buena.

Nos invitaron a cenar a este lugar, el cual yo desconocía totalmente. Salimos de la universidad y nos fuimos para allá porque el padre de una de mis compañeras nos esperaba.
El sitio es ENORME, tiene varios salones en los cuales acomodarte, y al principio tiene una barra cuadrada para que puedas tomarte un cóctel antes de cenar. El lugar está muy bien decorado pero sin tampoco ser tan suntuoso aunque la gente sí que estaba bien vestida.
Hay una gran variedad de platos en su menú, en mi caso decidí optar por gyosas y pulpo. Las gyosas estaban muy bien, super ricas. El pulpo podría haber estado mejor, sobretodo con el puré de guarnición, que apenas asomaba. No suelen ser raciones muy generosas la verdad.
La atención fue un poco descuidada, nuestro camarero cuando cargó los platos ya sin comida literalmente choco (los platos) con mi hombro, y todo cayó al suelo. Un desaste, y me decía «no te preocupes» mientras limpiaba, como si yo hubiera tenido la culpa, solo estaba sentadito ahí en mi sitio. Lo único que falta es que me eches la culpa… por eso no llega a la 4ta estrella.
Los precios no son baratos, la comida de todas formas no es mala pero tampoco excelentísima. De todas formas un sitio que esta bien y si me vuelven a invitar seguro digo que si jajaja.

A pesar de haberlo visitado, fue un día que estaban de obras en la entrada por lo que mi punto de vista u opinión no puede ser muy objetivo. Pese a ello, al ruido y a la suciedad, el servicio era muy bueno, la comida también y el café no tanto. También fueron algo lentos a la hora de servir pero en general bastante atentos.

Me encantan los restaurantes de este Grupo, concepto moderno, buenas instalaciones y… Lo que hace la diferencia con otros lugares en Madrid: su personal mayormente latino, amable y sonriente, con una idea clara de lo que es atención al cliente, un concepto aparentemente desconocido o prohibido en España.

Buen ambiente, muy joven y divertido los fines de semana. Es un sitio para ver y dejarse ver pero la carta y la cocina no son las mejores. Parece algo secundario.

He entrado a tomar un café por ver el sitio, ya que paso por delante casi a diario. No pude resistirme en probar una muffin, que estaba exquisita.
La decoración es espectacular, cuidado hasta el ultimo detalle.
Está dividido por zonas y se puede observar la cocina que está un piso más abajo.
El trato muy bueno.

Cuatro estrellas (y no cinco) porque me parecieron algo pequeñas las raciones, pero eso sí, todo lo que probré, muy rico (croquetas de rabo de toro deliciosas, huevo poché con trufa, tarta de queso con oreo).
Precio bastante bien (no es barato, pero buena relación calidad-​precio).
Sitio chulo (y pijito, para qué negarlo).
Algo que me gustó mucho: nos pusieron jarra de agua en seguida sin haberla pedido, y nos trajeron otra en cuanto terminamos la primera.

Este local era desconocido para mí, pero una amiga me lo descubrió en su barrio así que nos metimos de lleno en un lugar lleno de Victorias Beckhams (en su fase posterior, no en la de «soy choni pero llevo un Gucci)
Lo que más sorprende es el local, en primer lugar por el espacio de terraceo con cubierta que se cierra en invierno con unas carpinterías preciosas; y en segundo lugar y una vez que pasas este primer espacio, por la amplitud casi obscena del resto del restaurante.
Tiene un estilo industrial-​piji que no llega a «casual» en ninguno de los distintos ambientes, pero está bastante bien. En la entrada te recibe una chica muy refinada (al estilo del negocio) y te sienta comentándote que a las 19:30 tiene que emplear el salón para las cenas (¿¿¿pero a qué hora cena la gente???); eran las 17:30, así que nos dio igual.
El servicio fue bastante bueno. Nos tocó un chico que era su primer día y el pobre no se enteraba mucho, así que como me dan ternura los novatos (nadie nace sabiendo), sus errores no los tendré en cuenta (sobretodo porque se equivocó de tarta y la que nos trajo estaba más buena que la que pedimos XP). En general, los camareros muy atentos y no te dan la tabarra atosigándote con la cuenta y tal.
La comida/​bebida: pues la verdad es que fuimos a merendar, pero bastante bien. Los cafés estaban buenos y los ponen con azúcar, sacarina y una galletita muy buena (además tienen leche sin lactosa). La tarta también muy rica, son de Celicioso, una pastelería especializada en dulces sin gluten (hay una al principio de la calle Fuencarral al entrar por Gran Vía), yo no había probado nunca sus productos y me parecieron increíbles. Con respecto al precio, aunque al parecer comer es bastante caro, los cafés fueron aceptables (2,30 € el café con leche).
¿Volveré? Cuando quiera otra tarde «posh» de conversación infinita.

Very nice! Just a little noisy because it’s a huge place but still worth its 5 stars!

El nuevo restaurante del grupo Larrumba es enorme y con una decoración a lo restaurante neoyorquino de comedia romántica que hace parecer que comer allí te va a salir por un pico. Y puede pasar, pero, en general, la carta tiene unos precios bastante ajustados, y la comida está bastante bien. Las berenjenas con miel y hummus tienen un éxito merecido, y el huevo poché servido en un tarro tiene también hasta gracia. Es moderno, pero sin pasarse.

He ido dos veces, las dos con reserva. Ambas a comer, un lunes y otra un fin de semana. Experiencias totalmente diferentes, ambos días el local se llenó… Entresemana las mesas son más pequeñas y el servicio es bueno, rápido y eficaz. El fin de semana sirven brunch además de la carta, las mesas son de grupos ya sean amigos o familias… Esto hace que el servicio sea un poco más lento.
El local es muy bonito, grande y luminoso, decorado con distintos ambientes…
La carta tiene un poco de todo, pero os recomiendo tener cuidado ya que algunas cosas se van un poco de precio… Os recomiendo el pintxo de huevo y el falso risotto de rabo de toro…

Estuve allí en un cóctel de negocios, cerraron el restaurante para nosotros. El sitio es espectacular, decoración de lujo y servicio y comida muy buena. No lo conocía y ya m lo he apuntado para volver en cuanto tenga ocasión

LAS CROQUETAS. Madre mía las croquetas. Sobre todo las de calamares. Qué locura, pedid dos o tres raciones por persona.
Las pizzas también son dignas de mención, sin pasar por alto los arroces o la carta de pescados. Sabores que sorprenden en algunos casos, quizás lo más reseñable de todo es que sales con la sensación de ESTABA TODO BUENO. Y eso hoy en día es difícil, muchos restaurantes simplemente aspiran a la corrección.
Los postres algo caros para lo que ofrecen. Dos que merecen la pena son el Coulant de Chocolate (pedid también otros tres por persona) y la tarta de queso. Pero OJO no la de Oreo, esa no pasa de ser un mascarpone revuelto con trozos de galleta. La tarta de queso original.
Moderado de precio, y más si a escasos metros hay un Vips y un Ginos. Saldrás con mucha mejor sensación, pagando lo mismo.
El servicio es encantador, muy atento y rápido. La decoración y el ambiente es de 10. Evidentemente hay que reservar con antelación, pero merece la pena.

Acabo en «el sitio de moda» pensando que era una cafetería grande. Ahí mi carta de presentación.
El primer día que fui sin-​reserva-​ni-​me-​mires ni en barra ni en ningún lado. El segundo un vino en barra (2,80e la copa, para mi sorpresa). Aunque no comimos nada, las bandejas que se veían pasar eran de pizzas, hamburguesas, una ración de 3 croquetas,. Con el obrón que han hecho para reformar y el estilo chulo que les ha quedado (mención negativa a las mesas tipo-​vips pegadas una a otras en ciertas zonas), lo que esperaba es que la carta estuviera a otro nivel.
Los camareros de muy mal humor entre ellos y no daban a basto (ya sabéis, el dinero que te gastas en obra no te lo gastas en sueldos. ni en insonorización)
Tiene potencial para apuntar muchísimo más alto y no ser un sitio de pijerío a la moda, si no de calidad, agradable y que perdure.

Restaurante maravilloso. No solo por la decoración, los platos fueron servidos muy bien decorados, y recomiendo encarecidamente las berenjenas con miel y hummus.

Sitio precioso. Nada más llegar un encargado encantador nos llevó a la mesa. La
Comida deliciosa, comimos croquetas de rabo de toro exquisitas, berenjenas con humus y pizza de mortadela, todo riquísimo y muy barato. Luego puedes tomar una copa que ponen música y hay muy buen ambiente

Decoración estupenda, acogedor y a demás de jueves a sábado te puedes quedar allí a tomar las copas por se convierte en disco