Penedillo

Situado en la mitad de la Avenida de Monte Igueldo, en un contexto de casas de alta alcurnia, comercios de grandes marcas y grandes empresarios trajeados paseando su Porsche por la acera (ironía modo on) se encuentra el mítico GUARRO DE VALLECAS, cuyo nombre comercial es Mesón Penedillo.
Este local era un clásico hace unas décadas, todo Madrid lo conocía y se contaban leyendas como que no existía un lugar más barato en toda la ciudad, que por tres euros te comías una ración de kilo de bravas, que el camarero tenía un antebrazo del tamaño de una paletilla y que al baño entrabas con un remo o no entrabas. De eso hace ya tiempo, ha cambiado de dueño (incluso yo diría q varias veces, pero al no ser asiduo no puedo garantizarlo) y actualmente ya no es lo que era.
Es un local con barra amplia y con un comedor cuyas mesas parecen sacadas de los descartes mobiliarios de una ONG, rollo bancos del parque con mesas, pero en el comedor del bar. La limpieza no es su fuerte, aunque no es tampoco lo que se lee por ahí de que da asco entrar y todo eso (es un bar de viejos normal, no tiene una chacha con cofia pasando la bayeta 3 horas).
Tras diez años sin pisarlo (sí, diez) acudí la semana pasada y me sorprendieron varias cosas.
1) La camarera. Todo un ejemplo de lo que debe ser una persona que lleva un bar de este estilo (si quieres a Ambrosio poniéndote un Dry Martini con guantes blancos, te vas a otro lado). Dicharachera, vacilona, verdulera, faltona, criticona… En serio, un jodido 10, me he hecho super fan de ella.
2) Cubos de cinco botellines Estrella Damm por 3 euros CON TAPA. Tienen una salsa brava que está rica rica y te la ponen con absolutamente todo (alitas, patatas, oreja.) El grifo es de Estrella Damm también y la caña me suena que está a 1,20.
3) Las raciones de toda la vida habían sido su punto fuerte. Eran del tamaño de tres raciones normales (sin exagerar, palabra) y costaban precios irrisorios, en plan una ración de alitas por 4 euros y te entraban como 12 alitas y medio kilo de patatas. Actualmente, los precios ya no son así para nada. Las raciones tienen el mismo coste que en cualquier bar normal, aunque el tamaño sí que es algo superior, pero ya no es la barbaridad que era antaño.
Un clásico que, si bien no es lo que era en su época dorada, aún conserva esplendor y bizarrismo de sobra para ser catalogado como un bar de culto.

Este bar/​restaurante es el principal representante de la cocina bizarra de madrid.
Conocido merecidamente como «el guarro», se caracteriza por unas raciones abundantes, grasientas y baratas, que colmarán de felicidad cualquier estómago poco escrupuloso. Cada cosa que pidas irá servida sobre una montaña de patatas fritas, ya sean croquetas, calamares, chistorra o morros de cerdo.
Sin duda, es un must no apto para remilgados.

OMFG!!!
Barato, no, lo siguiente. Abudante, tampoco, lo de más allá. Y sano, lo justo.
Comimmos y bebimos 8 personas adultas y bien crecidas por 5 euros cada barba o coleta. 42 euros de cuenta a repartir entre una ración de alitas, croquetas, braviolis y una mixta Y no, no es la ensalada, llaman así a la ración de jamón, chorizo y queso. Además tomamos 3 cubos de botellines. Y pan como para una boda.

Mira que no soy de este barrio pero lo de ir «al guarro» ha trascendido a todas las zonas de Madrid.
Siempre me ha gustado ir a este sitio, siempre lleno, pero con mesas amplias (son bancos de madera pero con respaldo) y suficiente espacio para salir hasta arriba de comida.
Unas alitas de pollo, calamares, croquetas, bravas,… Cada vez que hacíamos un nuevo amigo lo traíamos aquí, era nuestra particular novatada.
Intenta ir sin coche porque siempre es dificil encontrar sitio y además procura ir con el estómago vacío y un par de almax si te sienta mal la grasa.

Que venga mi madre conmigo a este sitio a decirme lo que me decía hace veinte años: «que no se quede nada en el plato, eh!» porque las raciones en este local son más que abundantes a unos precios más que populares (raciones en las tipicas bandejas color plata enormes, de las que antiguamente te ponían en muchos sitios en Madrid pero desaparecieron con la maldita comida minimalista, si que nos la han metido buena!)
En el barrio se le conoce de toda la vida como «el guarro», se puede suponer el por qué sin ser Sherlock Holmes, pero lo digo en serio, sin no eres muy quisquilloso con el aspecto del local y lo relacionado con higiene, y además tienes poco dinerito, este es el sitio ideal para ponerte hasta arriba de comer y beber como por seis o siete euros por cabeza, si es un grupo grande con cinco te sobra.

Mas conocido como el ’ Guarro de Vallekas’ Es uno esos sitios que a pesar del nombre todo el mundo te recomienda, y suele estar lleno, es honesto y da lo que promete, las raciones son muy generosas, especiales las bravas y los calamares. Ambiente joven con buen estomago y mejor apetito. Seguro que han evitado mas de un coma etílico. con sus precios económicos y generosos platos. Un sitio de los que resisten el paso del tiempo. Bueno en tiempos de crisis.