Miren ustedes, yo creía que esto era cosa de las películas, pero no, qué va. El bonito garito ese en el que la peña se mira, se sonríe y se llama por los teléfonos que hay junto a las mesas vuelve a estar activo. Despedidas de solteras y demás festejos de carácter vergonzante se celebran en ese peligroso lugar para los comprometidos que adereza reuniones de humanos ñoños en celo con finísimas actuaciones de dragqueens y boys. Hay varias cosas que me llaman la atención del local: la elección de una carta mejicana(ah, será por lo picante) para poder comer algo inerte también; que se presente como museo de cachivaches viejos; y que se ofrezca a vender(¡y a comprar!) muñecos de La Guerra de las Galaxias y demás parafernalia. ¿Pero allí la peña no va a pillar cacho? Si vuelves a casa con un Yoda en vez de con un o una pichurrri la llorera puede ser de campeonato.