Patio Maravillas

Yo no conocí su antigua ubicación sino ya en la Calle del Pez. Como visitante casi diario del barrio me parece que su labor es inigualable sustituyendo, en ciertos casos la labor que debería estar en manos públicas.
Aunque el aire un tanto perroflauta me echa un poco atrás, su labor (los cursos que dan, por ejemplo) me parece encomiables. De hecho antes de ir allí yo había ido a conciertos-​protesta por el cierre del anterior Patio Maravillas.
Un colectivo y lugar que ponen en valor las iniciativas individuales pensando en la comunidad. Y un ejemplo de que a veces hay que desconfiar de la prensa oficial cuando se usan a la ligera los temas de la ocupación y su función social.

Hace años era un asiduo del Patio. Acudía cada jueves a la calle Acuerdo a recoger el pan ecológico del grupo de autoconsumo. Me encantaba quedarme a cenar en el mesón de la parte de abajo. Daban unas cenas de chef profesional por precios muy económicas.
Después del desalojo se mudaron a la calle Pez. Resultó un lío dejar el pan, había que plantearlo a una comisión y nos dio tanta pereza que dejamos de ir.
Alguna vez me pasé por el bar a tomar su cerveza ecológica, pero perdí el contacto. Su labor como dinamizador cultural del barrio me parece encomiable, su apuesta por otra gestión de la cultura, pero perdí el vínculo.
Hace poco lo he vuelto a recuperar. En el solar de la calle Antonio Grillo tienen un huerto urbano. Yo soy integrante de la recién creada red de huertos urbanos de Madrid y el Patio también forma parte de ella.
Próximamente, en el huerto urbano «Esta es una plaza» de Lavapiés, proyectarán un documental donde reflejan como se fueron creando los vínculos entre el Patio y los vecinos del barrio. Su idea es recaudar fondos y proyectarlo en tres ciudades francesas.
Larga vida al Patio y a proyectos como el suyo.

El Patio Maravillas es un espacio socio-​cultural que lleva actuando en Madrid ya cuatro años. Hace más de un año se enfrentaron a un desalojo en su antigua ubicación por «ocupación ilegal» y se trasladaron a un edificio abandonado de la calle Pez que cuenta con 6 plantas.
Hoy día siguen ofreciendo alternativas culturales a todos los jóvenes (y no tan jóvenes) que quieran acercarse a conocerlos. El Patio comenzó con 15 miembros y actualmente ya cuentan con más 70 personas involucradas en este proyecto social y cultural.
Entra las muchas actividades que ofrece el Patio Maravillas están los conciertos, las clases de castellano para inmigrantes o los diferentes talleres como el de música, locución de radio o pintura.
Si estás interesado en acudir a alguno de sus talleres o si quieres enterarte de lo que se prepara cada semana recomiendo que consultéis la página web, y si tnéis alguna duda contactéis con ellos a través del aaprtado de Contacto según lo que te interese saber.
Lo único ‘malo’ es que no tienen unos horarios de apertura establecidos, normalmente si te acercas hasta el edificio, y no eres del equipo que conforma el proyecto, puede que te lo encuentres cerrado, todo depende del día y la hora, por eso yo animo a que antes de nada consultéis su web.
El Patio es una alternativa diferente en las ofertas culturales de la capital, en un ambiente cosmopolita y de integración.