No soy capaz de saber la cantidad de veces que me escape de la tienda en la que trabaja para ir a hurtadillas a comprar patatas a este sitio. Normalmente me escapaba yo porque así me fumaba un cigarro mientras. Que patatas tan ricas, recién hechas, nos poníamos como el kico a escondidas en el almacén. El hombre que estaba allí trabajando que era majisimo encima siempre nos ponía mas patatas de las que correspondía. El resto de chuches que tenían también estaban buenísimas.