Parque de Las Cruces

Las Cruces is a green oasis in the heart of southern Madrid. Trees abound and its myriad paths lead you to plazas with fountains, soccer fields, and quiet lawns that can help you forget you are in a large European city. It can be a little dangerous at night but during the day it is relatively safe and full of local families. It’s popular amongst cyclists as it forms part of the Anillo Verde de Madrid (the «green circle» bike path that circumscribes the city.) Deep in the park is an amphitheater that looks out over an artificial lake. There is also a little chiringuito (small bar with a big patio) that makes one of the best frituras I have ever had and is a cool place to hang out on summer nights. Also, the park hosts a very healthy urban ecosystem of plants and animals. There are several exotic species of birds including beautiful green parrots that remind me of Telegraph Hill in San Francisco. Rumor has it that a pet store lost a shipment of parrots and they made the park their home; however, my guess is that they are likely an invasive species from Northern Africa. To get there take the RENFE or Metro to Aluche.

Pocos madrileños taaaaaaaan madrileños como yo pueden decir que han crecido pescando carpas al lado de su casa. Le robábamos el pan de molde a nuestras madres, lo majábamos en agua y hacíamos una masilla con la miga y cualquier especia que pillábamos por casa para que los peces lo olieran (o ese queríamos creer nosotros) y lo usábamos de cebo. Otras veces mientras uno pescaba en el laguito del Parque de las Cruces, el otro levantaba trozos de césped para sacar las lombrices que andaban bajo tierra, un cebo muchísimo más efectivo pero más engorroso de conseguir. Luego las carpas las devolvíamos… porque no había redaños para comérselas.
Ése es mi recuerdo de infancia del Parque de las Cruces, una maravilla para los vecinos de Aluche y Carabanchel, que lucharon y lucharon hasta que consiguieron su construcción en lugar de los pisos que estaban proyectados. El Parque de las Cruces ocupa 50 hectáreas y además del mencionado lago y su chorro enorme de agua tiene parte del anillo ciclista, campos de fútbol once, de fútbol siete, de fútbol sala, de baloncesto, cientos de abuelos jugando a la petanca, millones de abuelas sentadas a la sombra en los bancos haciendo punto, trescientas mil palomas, millones de briznas de césped, esforzados corredores rodeando el perímetro, señoras que quedan para ir a andar, jóvenes masculinos bebiendo litronas mirando a jóvenes femeninas que se remangan la ropa cuando llega el sol para ponerse morenas, latinos que juegan al voleibol ése tan particular suyo, perros que se te cruzan mientras corres, madres jóvenes que vigilan a sus retoños jugando, adolescentes que intentan atinar con las piedras en los patos del lago, bancos y mesas para hacer una comilona campestre en plena ciudad y cientos de rincones tranquilos y con poca luz donde todos los muchachos y muchachas del barrio hicimos nuestros primeros pinitos en las artes amatorias.