Esta cafetería, culinariamente hablando, no destaca por nada en especial. No tienen un plato estrella o algo similar. Sirven muchos platos combinados, bocadillos, sandwiches, raciones… El sitio ideal para hacer un stop&go. Yo pobre un sandwich que llevaba de todo y me gustó bastante, aceptable. Por lo que destaco esta cafetería es por sus vistas a la estación de Atocha, que queda justo enfrente. Desde su terraza puedes admirar la mayor estación ferroviaria de España y la gente que la puebla mientras te comes un bocata de calamares. Más castizo imposible.