Mozza Bar

El pasado fin de semana después de salir del evento de Unilocal,me pase por Salamanca a encontrarme con unas amigas que querían cenar en este lugar. Encontramos fácil mesa y nos acomodaron rápidamente, el lugar tiene varios tipos de mesas, la verdad es como una decoración mixta vintage con algo más, no sabría explicar. Es un restaurante cómodo y acogedor, la comida estaba bien. Pedí una hamburguesa de cochinita pibill con papas francesas no estaba mala pero me he comido mejores y las papas Un tris grasosas y desabridas. Por la atención del lugar perfecto, lo único malo es que la puerta tiene un sensor y abre cada vez que los meseros pasan entonces o se enfría tu comida o tu nalguita si estás en las mesas de ahí cerca, no es agradable jajaj
Por la hamburguesa y una cerveza pague como 14 € en total.

Post super eventazo de Unilocal en The Little Big café quedé con gente para cenar, nos encontramos en medio de la calle, vimos este sitio y las locales de Salamanca nos dijeron que hacía tiempo le tenían ganas a este lugar.
Nos acercamos a ver la carta, es media variada, con hamburguesas, tacos, pizzas y ensaladas. Fui por una hamburguesa que si bien estaba buena, fui un desastre para comerla, se desarmaba toda, y bueno he probado mejores claramente.
El resto opinó un poco lo mismo de sus platos. Aunque la ensalada (Cesar creo que era) traía pollo frito (para compensar la dieta? jaja) y creo que eso si estaba bueno!
Mención especial para los nachos que parecían recién hechos y totalmente caseros, deliciosos!!! Todos deberían tratar de imitar estos nachos!
Con respecto a la atención fue bastante bien, le sitio esta lindo, tiene una decoración vintage-​hogareña (seguiré inventando términos toda la vida) aunque la puerta principal es corrediza con un sensor y se estaba abierta todo el tiempo ya que llegaba gente y los mozos todo el tiempo iban y venían para atender a la gente que estaba afuera en la terraza. Todo esto llevó a que tuviéramos bastante frío mientras comíamos, estábamos al lado de la puerta.
Los precios no estaban tan mal la verdad, creo que volvería por más cerveza y esos nachos fantásticos.

De entrada es un sitio bastante acogedor, el ambiente es muy relajante, tiene una terraza cerrada, todo está lleno de plantas y velas.
La comida está muy buena, la pizza de queso me gusto mucho. Los tortelinis de trufa buenísimos y el risotto uno de los mejores que he probado. En general, todo está bueno, fresco y las cantidades están bien.
Tienen tartas caseras de velvet (terciopelo rojo), zanahoria, tres chocolates.
Tienen cerveza Barbante y hacen varios tipos de cócteles.

La verdad es que no conozco bien la zona, y por tanto encontrar un sitio nuevo acaba siendo «que alguien te lleve». En esta ocasión el sitio fue todo un acierto.
La decoración es preciosa, madera, cristal y complementos vintage hacen que este lugar se acerque a lo hipster pero por el lado bohemio. Nosotros empezamos con unos vinos, rueda. Una de las rondas estaba un poco caliente, pero al decírselo rectificaron pronto.
De comer probamos las alitas tai (de verdad riquísimas, qué delicia) y una pizza barbacoa para compartir (también muy buena, y soy adicta a la barbacoa).
El precio no fue elevado, cerca de los 15 €. El lugar agradable, poco lleno y con personal amable. ¿Qué más se puede pedir?