MUY cuidada, cuidadísima selección de prendas y sobretodo, para mi gusto, complementos. La divina y reguapa Andrea que trabaja allí os encantará, que los ropajes al fin y al cabo son lo que son, y el material humano es mucho más increíble, siempre. Si todavía está, lo que me dejó muerta el otro día, y yo no suelo comprar nada de ropa porque soy una antigualla y me encanta heredar, fue un turbante que ví en el escaparate, de seda blanca y amarilla y botones entelados… grraauu.