El monumento en sí no es que sea muy bonito, pero os puedo decir que no es por su belleza por lo que llama la atención, ya que recuerda la tragedia de aquel 11 de Marzo de 2004, que nos pone los pelos de punta a todos los madrileños. Por fuera, el monumento es un cono de cristal enorme, pero dentro es más bonito. Hay que acceder por la estación de tren de Atocha Renfe, no hay que pasar los torniquetes, puesto que se encuentra fuera, pero dentro de la estación, y la verdad es que impresiona más, ya que una vez que pasas y te colocas debajo del cono de cristal se ven todos los nombres de las víctimas que desgraciadamente perdieron la vida aquel día. Este monumento recuerda su memoria y a la vez, que no nos debemos creer superiores a nadie.