Mirador de Narcea

Me ha gustado el lugar, he comido muy bien. Es muy tranquilo y me atienden correctamente.

Este restaurante tiene comida buenísima, con productos frescos y un ambiente acogedor. El trato del personal es genial, ¡vale la pena probarlo!

Todo correcto. Buen trato y la comida está bien.

Este restaurante ofrece una experiencia gastronómica de calidad. Con productos frescos y un enfoque sencillo pero delicioso, cada plato es una muestra del buen hacer en la cocina. El trato recibido es excepcional. ¡Recomendado para quienes buscan una comida sabrosa, en un lugar tranquilo y con un gran servicio!

Me encantó el lugar, fui a picar algo y todo estupendo. El personal muy simpático, nos atendió estupendamente.

Buen producto y servicio, la oferta gastronómica es insuperable. Un lugar tranquilo y en plena naturaleza en el centro de Madrid.

100% recomendado.

Buen menú y cantidad El entorno inmejorable y Daniel un encanto superamable .

Al contrario que Rocío, para mí esta zona es mi hogar, mi barrio… y la Dehesa de la Villa mi particular reducto de paz dentro de la gran ciudad.
Alguna que otra vez, cuando mi pareja y yo nos vamos de paseo por la dehesa acabamos tomándonos una cerveza en la terracita del Mirador de Narcea. Sólo hay dos terrazas de este tipo por la zona y me gustan para contadas ocasiones, 2’20 por una clara con limón no es lo más económico del mundo, pero si te apetece tirar un poco la casa por la ventana tomarse aquí unas cañas y unas raciones presta mucho.

¿Nunca os habéis sentido extranjeros en vuestra propia ciudad? Fijo que sí. A mí me pasa siempre que voy a una zona nueva de Madrid, a lugares en los que no había estado nunca antes, en los que tengo la impresión de poder estar en cualquier sitio fuera de Madrid ya que nada me suena.
Pues eso me pasó ayer cuando estuve en esta terraza situada en la Dehesa de la Villa, El Mirador de Narcea. Me gustó mucho la terraza en sí, dividida en dos niveles y con mogollón de mesas, aunque el mobiliario de plástico debe tener aproximadamente los mismos años que Matusalén, porque está ennegrecido cosa mala.
Sin embargo, me pareció una desfachatez que me cobraran 2,40 € por un Trinaranjus y que ni si quiera sacaran unas patatuelas, cuando donde vivo, por los 4,40 € que pago por dos Trinas, salgo cenada, literal (algo bueno tendría que tener vivir en las afueras). Y es que si quieres unas patatas fritas… ¡Te las cobran! ¡Y a 1,75 €! Y el plato de aceitunas, a 2,25 €… Y de las raciones, mejor ni hablo… ¡son j*didamente caras!
¿La verdad? No creo que vuelva aquí en mi vida, y es una pena porque la terraza está genial, pero me come la vida sentirme estafada.