Tienda de cosmética coreana minúscula y cuqui a más no poder. En sus estantes se exhiben como juguetes hidratantes faciales, mascarillas nocturnas, cremas, bálsamo labial y otros productos en envases coloridos que emulan una manzana, un osos panda o una cáscara de plátano. Me parecen un buen regalo porque tampoco son caros. No sé muy bien si serán efectivos por este mismo motivo, pero quiero creer que algo sí, ya que recuerdo un estudio de hace ya tiempo por el que se decía que las mujeres coreanas son las que más tiempo y dinero dedican al cuidado de su rostro en el mundo, con lo que algo tienen que saber, o tal vez sean víctimas del consumismo puro por su contraste norteño. Todo esto es ya filosofar demasiado, porque lo cierto es que la tienda me ha encantado. Además de los productos kawaii hay líneas más serias y objetos cuyo uso no pude adivinar. Como sólo quería darme un caprichín, compré una mascarilla desechable con la imprimación de la cara de un oso panda y buena para potenciar la iluminación del rostro, se supone. También las hay de tigre, dragón o foca, cada una con un efecto distinto. Por supuesto me he quedado con las ganas de comprar, al menos, cinco monerías más. Tienen página web y se puede pedir online, pero creo que volveré a la tienda física a ver qué más se me antoja.