Mantequería José Luis

Me encantan estas tiendas de ultramarinos de toda la vida donde se prima la calidad por encima de todo. Es imposible encontrar los productos, la materia prima que aquí ofrecen, en las grandes superficies.
Esta tienda la frecuento porque está cerca del Palacio de Vistalegre. Las cuatro o cinco veces que voy a al año a ver jugar al Real Madrid o al Estudiantes (tengo amigos abonados en los dos bandos y cuando falla alguien saben que yo siempre digo que sí) me paso antes por José Luis a hacerme un superbocata de embutidos gallegos de calidade. Los hacen en el acto, recién cortados de la pieza. Mucho mejor que un triste bocadillo de chorizo revenido comprado en el bar del Palacio.
Tienen de lo bueno lo mejor, de lo mejor lo superior. Además de embutidos gallegos, asturianos y leoneses, venden harina pura de almortas, hornazo de Salamanca, perrunillas y hojaldres artesanos de León, manteca colorada, empanadas de todo tipo (qué rica la de zamburiñas),…
Si el partido está resultando aburrido, palpo con inquietud la bandolera esperando que el árbitro pite el final del segundo cuarto. Al menos sé que durante unos minutos voy a disfrutar de un espectáculo.

Ésta es una tienda que visito de vez en cuando, pues tiene auténticas delicatessen. Cuenta con un extenso repertorio de quesos y patés nacionales y de importación, amén de productos ibéricos, conservas, licores… Todos ellos riquísimos.
Pero lo que más me gusta, con diferencia, son sus empanadas gallegas (auténticas, claro). Las hay con diversos rellenos, desde la clásica de bonito a otras menos habituales como una realmente deliciosa de zamburiñas. Como todo en esta vida, se paga. No se puede decir que sean baratas, pero podéis creerme si os digo que de vez en cuando merece la pena darse un homenaje. Hoy lo he hecho: me he llevado media empanada de pulpo (pesaba alrededor de medio kilo). Me ha costado 14 euros, pero aún me estoy chupando los dedos…